El economista, escritor y divulgador barcelonés Fernando Trías de Bes. ANTONIO NAVARRO
«La desigualdad es algo tremendo y uno de los principales retos actuales»
Fernando Trías de Bes | Economista y escritor ·
El Aula de Cultura de La Rioja retoma la presencialidad con Trías de Bes, quien desde el Centro Ibercaja (19 horas) acercará 'Una historia diferente del mundo', su último libro
'Una historia diferente del mundo' relata cómo se han ido configurando las actuales formas de organización social. Y si bien es cierto que el 80% del libro se centra en la vertiente económica, también aborda cuestiones sociales y de conducta humana. Lo firma el economista y divulgador Fernando Trías de Bes (autor de bestseller internacionales como 'La buena suerte' o 'El libro prohibido de la economía') y sobre él hablará esta tarde en el Aula de Cultura LA RIOJA-UNIR, actividad que recupera su formato presencial. La cita, a las 19 horas en el Centro Ibercaja de Portales (previa inscripción en la web de Ibercaja) y a través del canal Youtube de la UNIR.
–En este libro repasa nuestra historia económica, una historia que se asienta en las emociones humanas, algo que raramente solemos relacionar con la economía.
–Algo hemos hecho muy mal los economistas porque la economía es una ciencia social, es humanismo puro, y la hemos convertido en estadísticas, IPC, PIB... La economía se entiende a partir de la antropología, la psicología y la sociología; es comportamiento humano puro y duro.
«Es el mejor sistema encontrado hasta el momento, ya que conjuga lo social con lo personal»»
LA SOCIALDEMOCRACIA
–Entre las emociones que menciona figuran muchas de índole negativo, como la envidia o el egoísmo. ¿De malos sentimientos puede salir algo bueno?
–Hay emociones negativas, pero también muchas positivas como la compasión o el deseo de libertad. De las negativas, paradógicamente también salen cosas positivas y en el libro explico cómo la envidia y el egoísmo acaban favoreciendo el intercambio. Cierto es que el primer instinto es matar, saquear y violar, pero llega un momento que el mejor seguro de venganza será intercambiar. Y por eso las sociedades avanzamos cuatro pasos para adelante y tres para atrás, porque somos capaces de lo mejor y de lo peor, y el saldo final es positivo, aunque todavía faltan muchas cosas y hay mucha desigualdad.
«Tiene fácil arreglo por su duración limitada; la lógica es que la recuperación sea fuerte y rápida
LA CRISIS DEL COVID
–De todos los 'inventos' económicos que ha ideado el hombre, hablo desde la moneda hasta la propiedad privada, sociedades, seguros, bancos,... ¿cuál cree determinante?
–El más obvio es el dinero, que surge del propio intercambio. De hecho la primera forma de dinero fue un buey, porque en una sociedad agrícola eso era líquido. Cuando luego escogemos los materiales preciosos como dinero no lo hacemos porque sean preciosos, sino porque era una mercancía demandada para fabricar utensilios, armas... Ya en la sociedad moderna destacaría la mutualización y los seguros, a los que no se da la importancia social y económica que tienen. En un mundo sin seguros no tomaríamos muchas de las decisiones que tomamos; no compraríamos un coche, no montaríamos empresas, ni iríamos de vacaciones... La mutualización es un invento social extraordinario y, además, surge de la falta de solidaridad. Las primeras civilizaciones tenían mecanismos de solidaridad entre toda la tribu, pero cuando algunas personas empiezan a no contribuir las sociedades se dan cuenta de que hay que sistematizar la solidaridad.
–Es una paradoja, como muchas otras que señala en su libro; como el que las sociedades anónimas nacieran para gestionar monopolios controlados por regímenes absolutistas.
–Sí, porque hay algunos inventos sociales que surgen de instintos realmente lamentables pero luego los convertimos en lo mejor posible. Las sociedades anónimas tienen esa primera función pero a partir de la Revolución Francesa se decide tomar lo mejor de estas sociedades, y de este modo fomentar la creación de empresas y la financiación de los negocios.
«Avanzamos cuatro pasos para adelante y tres para atrás porque somos capaces de lo mejor y de lo peor»
NUESTRA HISTORIA
–Entre los inventos más recientes está la criptomoneda, a la que usted no augura ningún futuro.
–No se lo auguro a las privadas. Los primeros billetes eran privados, eran resguardos, y todos esos papelitos fueron quebrando porque no hay un banco u organización privada que sostenga el paso de los siglos, solo lo sostienen las naciones, los estados, por eso al final surgieron los bancos centrales, se estatalizaron y son los que dan el soporte al valor del dinero. Por eso digo que las criptomonedas privadas irán colapsando una tras otra, porque no soportarán el paso del tiempo. Como economista no me gusta hacer predicciones, me limito a la historia.
–Habla del 'timo' del comunismo, que considera el peor de los sistemas posibles. Por el contrario, ¿el liberalismo económico es el mejor sistema o es el menos malo?
–El liberalismo tiene muchísimos problemas. Lo que el ser humano ha descubierto es que es elemental respetar el incentivo al esfuerzo personal, pero a la vez garantizar la igualdad de oportunidades y la justicia social. Y, según esto, el sistema que mejor hemos encontrado hasta el momento son las socialdemocracias. Hay que conjugar lo social con lo personal y esto es una lección aprendida.
–Una crisis tan inesperada y tan puntual como la pandemia del COVID tiene mejor arreglo que crisis como la de 2008?
–Muchísimo más, de hecho tiene muy fácil arreglo. Se ha hecho bien en dos aspectos: la han manejado las instituciones y no los gobiernos, y se inyectó dinero a la economía para intentar conservar el tejido empresarial y evitar en lo posible la destrucción de empleo, y se ha conseguido. Otra cosa es cómo remontamos esta factura de dinero público. En su día ya dije que esta crisis tenía una duración limitada porque en año y medio íbamos a tener las vacunas, luego la lógica es que la recuperación sea fuerte y rápida.
–Cada vez hay más dinero en menos manos, un problema de mayor calado.
–Esto es tremendo y uno de los principales retos actuales, la desigualdad. Aquí hay una paradoja. Con este nivel de desigualdad, si no hubiera salarios y derechos mínimos se daría una revolución en la calle, pero como los estados modernos aseguran unos mínimos a la población pues tenemos más o menos paz social. Pero no nos equivoquemos, eso no lo hace justificable y puede tardar más o menos en explotarnos en las manos. No podemos olvidar la historia y las desigualdades no son buenas, y es verdad que eso está sucediendo; es lo que más me preocupa.
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