Cultura investigará el cambiazo de una obra de Galileo en la Biblioteca Nacional

Tras una reunión urgente celebrada este lunes entre Ana Santos y el Secretario General del Ministerio de Cultura, Javier García Fernández, el departamento que dirige José Manuel Rodríguez Uribes comunicó que «la directora ha aportado toda la información que posee del hecho y que ya recabó para proceder a la denuncia del caso en 2018». También que el ministerio «iniciará una investigación detallada de los hechos y trasladará sus conclusiones cuando sea oportuno».

Rodríguez Uribes, que no asistió a la reunión, ha convocado al Patronato de la BNE para el próximo 31 de marzo. Un punto del orden del día será «el análisis de los protocolos de seguridad», avanzan desde Cultura, donde se desconocía el asunto del cambiazo, desvelado el domingo por el diario El País y por el que se reclamó explicaciones a la directora de la BNE.

La biblioteca habría descubierto en 2014 la sustitución del tratado científico del siglo XVII por una copia, pero no lo denunció a la policía hasta 2018, cuando unos investigadores se interesaron por el original. Santos habría asegurado que informó a Cultura en 2018 de la presentación de la denuncia mediante un correo electrónico dirigido a Carlos Alberdi, jefe del gabinete del entonces ministro José Guirao, y que también informó a Soledad Puértolas, presidenta del Patronato de la BNE. Guirao ha dicho que nunca llegó a estar al tanto «ni del robo ni de la denuncia».

Varias restauradoras de la BNE detectaron en 2014 el cambiazo, pero Santos asegura que nadie le informó del hecho, aunque la directora técnica de entonces, Mar Hernández, sostiene que ella le dio la noticia que nadie trasladó entonces a Cultura. Jesús Prieto, director general de Bellas Artes, Bienes Culturales, Archivos y Bibliotecas en aquella época, y que dejó en septiembre de 2014 la BNE, también habría señalado que no tuvo «ninguna noticia del hecho».

«En 2014, la Secretaría de Estado de Cultura no fue informada de nada porque yo no lo sabía, pero en 2018 el equipo del Ministerio de Cultura fue informado porque yo lo sabía», aseguró Ana Santos a El País. «Yo no me puedo sentir responsable de lo que no conozco, aunque me debo hacer responsable. Que la dirección técnica no me informase en 2014 es una gestión nefasta» aseguró.

No se descarta que el cambiazo fuese incluso anterior. Hay un peligroso antecedente, ya que el 24 de agosto de 2007 la BNE denunció la desaparición de dos mapamundis de Ptolomeo, arrancados con un cúter de su 'Cosmographia', un valioso incunable de 1482. Entonces se comprobó qué documentos había consultado el supuesto ladrón y se constató que en 2004 solicitó consultar el 'Sidereus Nuncius Magna'. Se buscó el tratado, se contaron las páginas y se validó que estaba íntegro, pero no se comprobó si se trataba del verdadero o si era una copia.

La investigación señaló como responsable del robo de 12 páginas con 19 grabados de la 'Cosmographia' de Ptlomeo a César Ovidio Gómez Rivero, español de origen uruguayo, residente en Argentina, que accedió con un carné de investigador a varios documentos y valiosos originales entre 2004 y 2007 en la Sala Cervantes e la BNE. A este espacio solo acceden quienes acreditan ser investigadores y tras un riguroso control. Los dos mapamundis se acabaron recuperando en Sídney y Nueva York, pero su robo le costó el puesto a la entonces directora de la BNE, Rosa Regàs, que perdió la confianza del ministro de Cultura, César Antonio Molina.

Ana Santos Aramburo llegó a BNE en febrero de 2013 en sustitución de Gloria Pérez Salmerón. Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza y Diplomada en Biblioteconomía y Documentación, Santos pertenece a la Escala Facultativa de Bibliotecas y Archivos de la Universidad Complutense de Madrid.

En 1981 inició su trayectoria profesional en la biblioteca de la Universidad de Zaragoza. Pasó un año después a la Complutense de Madrid en la que desarrolló el grueso de su carrera. Dirigió la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la Complutense entre 2003 y 2007, de donde pasó a ocupar el puesto de directora de Acción Cultural de la BNE, donde permaneció hasta 2011. Fue nombrada directora de la Biblioteca de la Complutense, formada por una treintena de bibliotecas dependientes de las distintas facultades y escuelas de la Universidad, puesto que dejó en 2012, al ser nombrada directora general de Bibliotecas y Archivos del Ayuntamiento de Madrid.