Crónica de una periodista riojana en Eurovisión

Una vez allí, aprovechamos para conocer la ciudad invadida por el espíritu del festival de la canción y los 'eurofans', especialmente por los fans españoles, que éramos mayoría, con diferencia. Entre nosotros, por supuesto, establecimos conversación 'españoles, ¿verdad?, ¿de dónde?'. Unos nos contaron que llevaban ya varios días por Turín y que habían visto alguna de las semifinales, los más 'suertudos' habían conseguido entrada para ver la final (por un módico precio de 200 euros, aproximadamente), y los menos afortunados, como nosotros, tendríamos que conformarnos con verlo desde la 'Eurovillage'; espacio habilitado con varias pantallas para vivir el festival como si estuvieras ahí mismo.

Fuimos los cuatro a este recinto, ubicado en el parque Valentino de Turín, varias horas antes de que comenzara la gran final para coger un buen sitio. Allí, desde primera hora de la tarde se respiraba un ambiente especialmente europeo y se podía ver a cantidad de personas con las caras pintadas y equipadas con banderas, sombreros y otros complementos. Incluso vimos varios grupos de españoles con camisetas personalizadas con la imagen de Chanel y frases de sus canciones. 

A dos horas de que comenzara la final, el recinto completó su aforo. Hasta 17.000 personas se apiñaron para disfrutar del evento. A las 21 horas (inicio de la final) ya estábamos todos en pie y con muchas ganas de disfrutar de la música. Se pudo ver a los 'eurofans' especialmente animados con 'Llámame' de Rumanía, también, se cantó a pleno pulmón la canción del país anfitrión, 'Brividi', interpretada por Mahmood & Blanco. Seguidament, llegó el turno de Chanel y los fans españoles (y los no españoles) la animamos y cantamos con ella 'SloMo'. Lo cierto es que levantó pasiones, era sin duda una de las favoritas del público. Moldavia y su canción pegadiza recibieron muchos aplausos, también la de Reino Unido y especialmente la actuación de Ucrania.

Llegó el momento de las votaciones y los nervios invadieron la 'Eurovillage'. Cada punto que recibía Chanel lo celebramos con gran entusiasmo, sobre todo cada vez que nos daban los 12 puntos. Asimismo, las votaciones para Ucrania se recibieron con una ola de aplausos. La tensión se vivió hasta el último momento entre los 'eurofans', en una final muy reñida, en la que finalmente Ucrania se hizo con el micrófono de cristal. 

Nosotros, junto con muchos otros fans, decidimos pasar la noche en Milán, ya que Turín experimentó una subida de precios de alojamiento estratosféricos. Y hasta aquí nuestra 'experiencia eurovisiva', que probablemente repetiremos en un futuro.