Quique González | Músico

«Convertí la furgoneta en medio estudio, medio oficina. Y encima suena muy bien»

– Cuesta imaginar el encaje de su música en un festival... aunque ya haya hecho varios. ¿Cómo se adapta?

– Hay muchos tipos de festivales, depende del recinto, del número de personas que vayan... Hemos hecho algunos festivales este verano y han salido bien. Hay festivales en los que entiendo que lo que hacemos no encaja en el contexto, pero en otros sí. Para mí, tocar el mismo día con mis amigos de La MODA, que no haya 800 grupos sino que sea algo más pequeño, sí entiendo que mis canciones pueden funcionar ahí, más tocando con artistas afines, compañeros, hermanos a los que admiro. Hay festivales en los que parece que lo que menos importa es la música y yo me revelo ante esto. Si hay un festival de música, en mi opinión, lo más importante debería ser la música.

– Además, prepara a continuación una gira de salas. ¿Plantea un cambio de formato?

– Cambiamos en función del recinto que tocamos. En teatros es más acústico, en festivales más enérgico, eléctrico... y en salas será una mezcla de todo. Tenemos la intención de hacer un repertorio muy para fans, para los muy cafeteros, cambiando casi cada día, centrándonos en un disco en concreto en alguna ocasión. Pero todavía no hemos empezado a ensayar y perfilar lo que hagamos en otoño.

– Ahora celebra el 25 aniversario de su trayectoria musical que, tal y como está el mercado musical, parece mucho tiempo.

– Sin duda. Es mucho tiempo para hacer cualquier cosa. En este oficio vas contando los discos que has grabado y me siento un privilegiado porque, al final, es el público el que hace que lleves tanto tiempo subido en el escenario. Siento que he tenido mucha suerte, aunque ha habido mucho trabajo también.

– Precisamente, frente a esas tendencias del mercado actual, en que hasta la música es de consumo rápido, la suya, a contracorriente, es reposada y profunda. ¿Se siente una rara avis?

– Creo que en la música cabe todo, la más inmediata y comercial, que me interesa menos, y otra más reflexiva, que necesita más atención. Hay honrosas excepciones. Incluso gente que tiene las dos cosas: mucho éxito con canciones profundas, que cuentan algo. Tenemos cerca el ejemplo de La MODA, que van a contracorriente de su generación, y es algo a valorar mucho.

– Como los ha citado dos veces y comparte escenario el viernes en el MUWI, ¿cabe esperar que toquen juntos?

– Es posible. Hasta ahí puedo leer.

– ¿Ellos con usted o al revés?

– O las dos cosas. Ya lo veréis. Es probable que cantemos juntos porque lo hemos hecho muchas veces, yo les he invitado y ellos a mí. Nos llevamos muy bien y me encanta lo que hacen.

– Para ese 25 aniversario ha editado una colección de vinilos, frente a un típico CD recopilatorio, aún más a contracorriente...

– Yo sigo valorando el objeto del vinilo, me gusta tenerlo, manosearlo, leer los créditos... En ese sentido soy muy de la vieja escuela porque empecé a escuchar música así y me gusta haberlo mantenido. También lo hacemos porque hay gente de mi generación que son coleccionistas de vinilo y quería agrupar toda la obra en una caja, como una buena forma de celebrar el 25 aniversario y compartirlo con la gente que me sigue.

– Aunque es un excelente letrista, cuando ha puesto música a poemas de Luis García Montero, como en 'Las palabras vividas', siente vértigo al volver a componer letras propias como en 'Sur en el valle'?

– Sí, un poco, pero también oxigena, da aire trabajar con textos de otras personas, en este caso del que considero es el mejor poeta vivo que tenemos en España. Eso también te hace adquirir herramientas y quizá eres más puntilloso con lo que escribes. Creo que me ha servido de aprendizaje.

– Sobre 'Sur en el valle' afirma que está escrito en su mayor parte dentro de una vieja furgoneta aparcada en lo alto de una colina. Suena muy romántico pero ¿cuál es la explicación?

– He escrito en esa furgoneta y en otros sitios, pero en la pandemia, sin poder salir de casa, y al tener una hija pequeña y exigir mucha concentración para lo que hago, convertí la furgoneta en medio estudio, medio oficina para centrar mi atención en las canciones. Es una furgoneta acondicionada para poder tocar la guitarra y escribir. Y encima suena muy bien, lo que resulta muy inspirador. Es una idea romántica y bonita desde fuera pero también práctica, para aprovechar el tiempo. Ser padre te exige una disciplina y te hace cambiar los horarios.