logroño. Actual 2020 ya está más cerca. Y quedan menos de 360 días para corregir el rumbo del festival riojano que abre el año o dejarlo que siga navegando por inercia y a la deriva sin una única dirección que lo capitanee. Es lo que ... ha ocurrido con la recién concluida 29ª edición, que ha evidenciado una bicefalia radicalmente opuesta en la programación musical, la fundamental del certamen. Es cierto que lo salvan la variedad de estilos y formatos de concierto, pero le pierde la carencia de un criterio que no sea el político populista. Para dejar de vagar por el vacío, Actual necesita urgentemente recuperar su identidad de Escenario de Culturas Contemporáneas.
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Yo te conocí cantando, dice Messura en la canción que suena en el vídeo resumen oficial. Y, aparte del surrealismo hedonista de dejarnos llevar de aquí para allá durante cinco días de odisea espacial, Actual ha tenido luces y sombras demasiado contrastadas. En su firmamento había dos estrellas polares, Vetusta Morla y Malú, y las dos eran cuestionables a priori: la primera por repetir solo cuatro años después y la segunda por ser descaradamente comercial e inapropiada en este cartel. Sin embargo, donde Vetusta dio un concierto luminoso, demostrando que es un grupo galáctico, Malú se estrelló contra la barrera del sonido e incluso (con 3.500 espectadores) se quedó lejos de llenar el Palacio de Deportes.
Otro contraste paranoico, quizás el más revelador de la desigual respuesta de los diferentes públicos: el escenario de Franco-Españolas estuvo abarrotado la noche de reyes para la fiesta gamberra y petarda de Ladilla Rusa, un dúo más cómico que musical, y, en cambio, al mediodía siguiente, apenas un centenar de personas asistían al concierto más brillante, el de Aurora & The Betrayers, una magnífica banda de soul-rock guardada como última bala en la recámara. Sin duda, el festival Muwi espera ya a esta Patti Smith madrileña, pero el domingo quedó en evidencia que muchos aficionados a la buena música han dado la espalda a Actual, actúe quien actúe.
En las bodegas hubo magníficos conciertos en horario de vermú y de noche: Guadalupe Plata con su rock sórdido protagonizó una velada muy especial; Anaut dio un recital de rock clásico; y The Grooves hicieron una soberbia reivindicación práctica de mujeres al poder de la música.
Los café-conciertos en el Círculo, como antes las matinales en Wine Fandango, se han confirmado como una agradable propuesta más pausada, con sorpresas tan amables como Marem Ladson. Otro de los aciertos indiscutibles ha sido la apuesta por artistas locales como Lou Cornago, Messura, Dr. Trotski, La Vil Canalla, Jorge García e Isaac Miguel. Y, por descontado, la Guerra de Bandas en Biribay, con Royal Flash ganándose ser el primer grupo de Actual 2020.
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El 2019 ya es historia de un Escenario de Culturas Contemporáneas que se sigue llamando así aunque ya poco tenga que ver con esos tres apellidos que suplantaron los de la Muestra de Nuevos Panoramas. El sábado se cumplieron 35 años del primer concierto de aquel Iberpop 1984. Para bien y para mal el festival riojano pionero de la movida logroñesa tuvo una dirección clara a la que lamentablemente ha renunciado un Actual cada vez más a la deriva. Como Major Tom, seguimos perdidos en el espacio.
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