La tragedia de los Andes, en 1972: así lo contó LA RIOJA

Los supervivientes del accidente y del alud posterior tuvieron que enfrentarse a condiciones extremas en la montaña, luchando por su supervivencia durante 72 días sin comida y a unas temperaturas gélidas. La historia es una muestra del espíritu de resistencia, amistad, cooperación y determinación de los protagonistas, lo que hizo que 16 de los 45 viajeros regresaran a sus casas.

Lo ocurrido entonces dejó un gran impacto emocional en los jóvenes deportistas, ya que, además de luchar contra las condiciones extremas, tuvieron que alimentarse de los cadáveres de sus compañeros para poder sobrevivir durante los 72 días que tardaron en ser encontrados y rescatados de la montaña, lo que generó una gran polémica en el país en su momento.

En octubre de 2022, Diario LA RIOJA publicó un especial para conmemorar el 50 aniversario de la tragedia, donde se explicaba el accidente, quiénes fueron los pasajeros que sobrevivieron y una entrevista a Fernando Parrado, uno de los dos jóvenes, junto con Roberto Canessa, que caminaron durante diez días, en penosas condiciones, para buscar ayuda.

Por supuesto, también en 1972 las informaciones del rescate y las reacciones posteriores fueron publicadas en las páginas de la sección Internacional de Diario LA RIOJA. Obviamente, los periódicos tenían poco atractivo visual, ya que eran en blanco y negro y muy pocas informaciones se ilustraban con imágenes, pero lo que se narraba era sumamente interesante.

En la página de Internacional de Diario LA RIOJA se publicaba la noticia a tres columnas con el título 'Dramático rescate en los Andes'.

En la crónica se narraba el encuentro de los supervivientes con el arriero chileno Sergio Catalán después de caminar diez días por la montaña helada, el accidente con todo tipo de detalles y las declaraciones que hicieron Fernando Parrado y Roberto Canessa a la agencia Efe (En cursiva tal y como se publicó).

Con la seguridad de que existen más supervivientes del avión uruguayo estrellado hace 70 días en la cordillera de los Andes, continuaba hoy el dramático rescate, por aire y tierra, que realizan personal del Ejército, de carabineros y voluntarios civiles. El objetivo es ahora llegar a donde se encuentra el avión, a un costado de un inaccesible volcán, cuya cima es apenas visible desde esta ciudad cordillerana.

Los helicópteros del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) vencieron una peligrosa turbulencia para acercarse al punto donde se encuentran los restos del avión. Desde allí pudieron comprobar que hay más supervivientes por las señas que hicieron, según los informes llegados aquí. No se sabe cuántos más. Probablemente unos diez, a juzgar por los primeros relatos de los primeros rescatados. A bordo de los helicópteros estaban los primeros dos rescatados, Roberto Canessa Urta y Fernando Parrado Dolgay. Estos hacía 14 días que habían dejado a sus compañeros mientras se aventuraban en un descenso de la cordillera por peligrosos riscos, en zonas que en este período de deshielo hace más peligrosas.

A la medianoche, Canessa y Parrado habían sido localizados por patrullas de carabineros en una cabaña, después del «correo» que trajeron a San Fernando los arrieros encabezados por Sergio Catalán Martínez. Según los primeros informes, se encontraban en buen estado de salud, pese a la odisea vivida desde que se estrelló el C-47 uruguayo el 13 de octubre. De ese modo pudieron servir de guías y fueron recogidos por los helicópteros del SAR, que junto con aviones de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) y de carabineros iniciaron la búsqueda. Poco antes del mediodía se informaba de que los restos del avión habían sido finalmente localizados.

El intendente de la provincia de Colchagua, Guillermo Sepúlveda, encabeza el grupo operativo de rescate. Por tierra ascienden patrullas de carabineros especializadas en operaciones de alta montaña y equipos civiles de rescate. Los aviones indican el camino hacia el punto donde sobrevolaron los helicópteros. Estas naves no pudieron descender por el peligroso declive del lugar donde se encuentran los restos del avión, en las alturas andinas, y por la excesiva turbulencia, pero se informó que dejaron caer víveres y medicinas. Especialistas en ascensos de montañas aquí calcularon que el ascenso de las patrullas tomaría varias horas, pero que, sin duda, podrían llegar antes del anochecer. Un tiempo muy nublado, insólito para estos días de virtual verano creaba serios problemas de visibilidad.

«Oraron al ser salvados»

Orando arrodillados los dos primeros uruguayos del grupo de 16 que lograron sobrevivir al accidente que el 13 de octubre sufrió el avión de la Fuerza Aérea uruguaya, recibieron ayer tarde a los arrieros que los condujeron hasta el caserío «Los Maitenes», entrando en contacto con la civilización después de 70 días de permanecer aislados en la nieve de la cordillera de los Andes.

Al atravesar el río Claro, antes de decir una palabra, cayeron de rodillas y oraron unos minutos. Después, con un gesto de inmensa alegría, hundieron las manos en la tierra, arrojándola al aire.

La narración del arriero que los encontró

Así lo contó el arriero Sergio Catalán Martínez, el primero en divisar a los dos uruguayos y así se reproducía en el diario.

«Estos calzaban zapatillas de rugby y las ropas les colgaban flácidas. Uno de ellos, de gran estatura, dijo que su peso normal era de 90 kilos. A juicio del arriero, hoy no debía de pesar más de sesenta. Lo único que los arrieros no supieron decir fue el nombre de los dos primeros sobrevivientes del grupo de dieciséis. Pero por el calzado descrito se trata de dos integrantes del equipo juvenil de rugby 'Old Christians'.

Primeras declaraciones de los supervivientes

Se encuentran ya a salvo dos de los dieciséis supervivientes del avión uruguayo perdido en la cordillera de los Andes en octubre pasado, en casa de un campesino, donde hicieron las primeras declaraciones sobre la tragedia. Los supervivientes dijeron que el avión, que volaba a baja altura, tocó un risco de la cordillera y se precipitó a tierra, pereciendo instantáneamente ocho de los pasajeros. Posteriormente, un alud de nieve sepultó a otro número indeterminado de pasajeros que se encontraban heridos.

Dos de las víctimas, que no han sido identificadas, se encuentran a salvo en la casa de un campesino, al oeste de San Fernando, a unos setenta kilómetros de esta ciudad, donde han recibido alimentos y los primeros auxilios.

Curiosamente, un breve de última hora informaba, dos páginas más atrás en esta misma edición, del rescate de los 16 supervivientes del accidente. «El servicio aéreo de rescate ha facilitado hoy la lista de los 16 supervivientes del accidente aéreo ocurrido el 13 de octubre».

En la edición del 24 de diciembre, dos días después del lograr contactar con el pastor chileno, el resto de los supervivientes fueron rescatados.

El grupo de los ocho supervivientes uruguayos que aún permanecían junto a los restos del avión siniestrado el 13 de octubre fueron rescatados esta mañana en dos helicópteros de la Fuerza Aérea de Chile y trasladados hasta el regimiento «Colchagua» de esta capital de provincia, situada a 140 kilómetros al Sur de Santiago.

Se informa también que existe la posibilidad de que los rescatados hoy y los otros ocho internados ayer en el hospital puedan ser trasladados hoy mismo a Montevideo. La operación de rescate de los dieciséis uruguayos, que han sobrevivido a la más fantástica aventura de los accidentes aéreos, ha terminado con éxito.

El Hospital de San Fernando ha dado esta mañana de alta a seis jóvenes. Continúan internados otros dos, que hoy mismo serán trasladados en ambulancia al Hospital Central de Santiago. Ambos padecen infecciones superficiales en la piel y, aunque su estado no es grave, se aconseja un tratamiento especializado a causa de la debilidad y desnutrición que sufren.

La noticia se ilustraba con una fotografía de los restos del avión y de los supervivientes que saludaban a los equipos de salvamento.

En esta crónica, Diario LA RIOJA contaba la polémica que se generó en el país cuando los supervivientes relataron que habían tenido que recurrir a comer la carne de los cadáveres de sus compañeros para sobrevivir. También se puede leer en la crónica la justificación de la acción que hacían un médico y un sacerdote.

La dramática situación de los uruguayos aislados en la montaña les obligó a consumir proteínas de cuerpos humanos, según un informe confidencial del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) de la Fuerza Aérea de Chile.

Los despachos periodísticos se refieren a la necesidad que obligó a los supervivientes, aislados durante setenta días a cuatro mil metros de altura, y conociendo ya que la operación de rescate en octubre había sido suspendida, a consumir trozos de carne humana.

El avión de la Fuerza Aérea uruguaya se estrelló el 13 de octubre cuando viajaba de Mendoza a Santiago con 45 personas entre tripulantes y pasajeros. en su mayoría jugadores del club de rugby 'Old Christians'. Algunos murieron en el acto, pero la mayoría sobrevivieron.

Poco después, un alud mató a otro grupo, mientras algunos perdieron la vida lentamente por las heridas que recibieron y las inclemencias de la cordillera andina. Fue entonces cuando, aparentemente, se decidió consumir carne, en la desesperada búsqueda de proteínas, de los cuerpos de los que habían muerto.

EJ periodista de Radio Continental de Buenos Aires Carlos Varela envió el sábado último un despacho aludiendo al informe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) que señala que se «habían comprobado fehacientemente casos de antropofagia». Según el periodista, el informe de la FACH revelaba cuando los primeros militares saltaron de los helicópteros para tomar el primer contacto con el grupo aislado junto a los restos de la nave encontraron «seis cuerpos esperando ser consumidos». El capitán de la FACH Eduardo Sánchez fue el primer médico que tomó contacto con los sobrevivientes y ha estado aconsejando insistentemente que lo que más debe cuidarse es «el problema psíquico».

Según el periodista Carlos Varela, uno de los supervivientes, llamado Carlos Páez, expresó que los que comieron carne humana lo hicieron «manifestando su conformidad» después de lo que llamó un «período de concientización» hecho por Roberto Canessa, estudiante de Medicina, que fue precisamente quien logró el contacto con la civilización junto con Fernando Parrado para dar lugar al salvamento de los uruguayos, episodio que ha conmovido al mundo..

El periodista, al hablar en un despacho para su radio, daba «detalles altamente escalofriantes» sobre la forma como tuvieron que consumir carne y aún vísceras humanas para sobrevivir. Los supervivientes han rehuido responder directamente a tan escabroso tema.

La búsqueda incesante de los elementos que permitan configurar el cuadro que permitió la supervivencia de dieciséis de los cuarenta y cinco pasajeros del avión uruguayo perdido durante setenta y un días en la cordillera de los Andes se ha convertido en la principal tarea de todos los medios de comunicación de Chile y de otras partes del mundo.

«El cuerpo debe tener un lugar digno para su descanso final, y en el caso del accidente del avión uruguayo era servir de alimento a los supervivientes», declaró hoy a un periódico el sacerdote chileno Tomás González, doctor en Teología, al ser consultado sobre las implicaciones religiosas de la extrema situación en que se vieron los dieciséis supervivientes.

Por su parte, el doctor en Psiquiatría Jorge Sepúlveda justifica plenamente la acción, a la que presuntamente debieron recurrir los jóvenes uruguayos para sobrevivir.

El sacerdote señor González manifestó además «que no hay oposición teológica para un caso semejante, ya que es más importante el principio moral de conservación de la propia vida». «Los muertos cumplieron su misión y no me cabe duda de que ellos estaban junto a los vivos para permitirles sobrevivir», añadió el Padre González.

El doctor Sepúlveda, por su parte, hizo hincapié en las profundas huellas psíquicas que debe haber provocado una situación semejante y expresó su temor de que se puedan reactivar en algunos de los supervivientes algunas alteraciones depresivas que tenían con anterioridad.

Siete días después de ser encontrados, se publicaba esta noticia de agencias: «Será dinamitado», titulaba el periodista.

Los restos del avión uruguayo que se perdió con 45 personas a bordo el pasado 13 de octubre, de las cuales se salvaron 16, luego de permanecer aislados 71 días, serán dinamitados. Atribuyendo la información a periodistas extranjeros que viajaron a recoger antecedentes de la increíble odisea vivida por los superviviente», el matutino de esta capital «La Tercera Hora» agrega que la tarea será efectuada por la Fuerza Aérea argentina, ya que el aparato uruguayo cayó en territorio de esa nación.

«Se confirma que practicaron la antropofagia», así titulaba la noticia, que se publicaba dentro de otra más amplia que abarcaba varios temas diferentes.

«En una conferencia de prensa mantenida por los diez supervivientes del avión uruguayo siniestrado en los Andes, uno de ellos, refiriéndose a la alimentación, «aseguró que una vez consumido todo lo que llevaba el avión debieron alimentarse con los cuerpos de los fallecidos. El que hizo la declaración, Francisco Delgado, agregó: «Sólo queremos que esto, que nos es tan íntimo, sea manoseado, pero debe ser interpretado en su real dimensión. En el extranjero preferimos no hablar sobre ello y fuimos mal interpretados. Aquí, en nuestro país, queremos decirles cómo ocurrió todo. cuál fue la única salvación que tuvimos y por qué actuamos como lo hicimos».

«Compartimos todo lo que hicieron y dijeron esos muchachos a los que comprendemos en todas sus actitudes», dijo ayer a la Agencia Efe el doctor Helios Valetta poco después de finalizada la conferencia de prensa de los supervivientes. «Fui con mi familia porque queríamos ver a los que fueron amigos de mi hijo, porque nos alegramos sinceramente de poder tenerlos otra vez entre nosotros, y es más, nos alegramos que los 45 estuvieran allí, pues ello sirvió para que, por lo menos, 16 volvieran. Quiero decir, además — agregó el doctor Vatetta— , que le que hoy se ha confirmado lo supe desde un primer momento«.

«Como médico, comprendí inmediatamente que más de dos meses no se puede sobrevivir en aquel medio, con aquellas carencia, si no se recurre a valerosas resoluciones. Hoy, tengo la certeza de que así ocurrió».

Más de 50 años después de la tragedia, esta historia de supervivencia en los Andes sigue conmoviendo a millones de personas. A lo largo de los años, muchos de los supervivientes han ofrecido entrevistas en los medios de comunicación para contar su experiencia, aunque también hay otros que jamás han hablado de lo sucedido. Ahora, con la película de Netflix, las generaciones más jóvenes pueden conocer qué ocurrió en los Andes.

En cualquier caso, no es la primera película que narra las vivencias de los que quedaron con vida en la cordillera nevada. Poco tiempo después de la tragedia, se estrenó una cinta mexicana y, en 1993, ¡Viven!' (1993) de Frank Marshall, una gran superproducción de Hollywood, pero 'La sociedad de la nieve' cuenta la historia tal cual fue, con toda su crudeza, según explican los supervivientes.