Vicente Simón es médico, psicólogo y profesor de Psicología Fisiológica en la Universidad de Valencia. Autor de numerosos libros, el doctor Simón pronunció ayer la ponencia titulada 'Aprender a ser compasivo', dentro del VII Foro de Espiritualidad que organiza la Universidad Popular de Logroño (UPL).
- Compasión es una palabra que parece un tanto alejada de este siglo XXI que nos ha tocado vivir.
- En absoluto. La compasión es una respuesta, es un buen antídoto contra el sufrimiento y contra el estrés, y toda vida humana conlleva sufrimiento. Hay un sufrimiento más físico y otro más emocional, pero en ambos casos la compasión es un método muy eficaz para combatirlo. En primer lugar, es necesario tratar de evitar el sufrimiento y, en segundo, buscar la manera de aliviar ese sufrimiento cuando ya ha aparecido. Es ahí donde entra la compasión. Podemos diferenciar entre la compasión por los demás y la compasión por uno mismo. Últimamente, vemos cómo la gente no se trata bien a sí misma, lo que es muy importante. Tenemos la capacidad de cambiar nuestro aura y podemos aprender a ser compasivos.
- ¿Es la compasión algo que se pueda entrenar?
- Sin duda, es algo científicamente probado. Yo estuve durante un tiempo impartiendo un curso de autocompasión y claro que se puede entrenar. Hoy en día no es ninguna rareza. Como todo, claro, conlleva un trabajo y un esfuerzo, y hay que dedicarse a ello. Es algo que está conectado con la meditación y con el 'mindfulness'; tiene una parte más cognitiva, que está vinculada con la atención, y otra parte más afectiva, que es la de la compasión.
La 'moda' de lo espiritual
- ¿Necesita la sociedad actual, tan estresada y convulsa, centrar su atención y cultivar la compasión?
- Parte de la razón por la que está de moda todo lo relacionado con la espiritualidad viene de que la gente está estresada, y tanto la meditación como la compasión ayudan a calmar ese estrés. La compasión es un buen antídoto para combatir ese ambiente de ansiedad, de irritabilidad, de descontento que vemos dentro de la sociedad.
- Como terapeuta, ¿qué recomendaría contra el estrés, contra la irritabilidad?
- Evidentemente, hay diversos niveles. Hay gente que necesita un terapeuta, pero a la gran mayoría, que es gente normal aunque muy estresada, le vendría bien entrenarse en la autocompasión y en la meditación. Muchas de las personas a las que les afecta este ritmo de vida tan trepidante, la meditación tendría para ellas efectos beneficiosos. Y cuando digo meditación, digo meditación y compasión.
- ¿Va calando entre la gente este tipo de foros, como el que organiza la UPL?
- No deja de ser un reflejo de lo que está ocurriendo en la sociedad, aunque también es cierto que hay una parte superficial en la búsqueda de la espiritualidad, una parte que es solo moda. Como todo fenómeno que se populariza, tiene sus luces y sus sombras. Pero también hay una parte que cala, muchas personas que se lo toman muy en serio, que meditan y a las que este entrenamiento les ayuda a vivir mejor.
Logroño es especial
- No es la primera vez que usted viene al foro de Logroño, ¿qué experiencia tiene sobre esta actividad que organiza la UPL?
- Por supuesto que he participado en otros foros por diversas ciudades de España, pero el de Logroño es especial. La asistencia masiva que se produce en La Rioja yo no la he visto en otro sitio ni creo que la haya. Es una población que suele acudir a éste y a otro tipo de eventos, muy participativa y abierta, y muy sensible también.
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