«Trece años después de su muerte, el cine de Eloy de la Iglesia tiene, por suerte o por desgracia, plena y rabiosa vigencia. Está más vivo que nunca y es más digerible que cuando se rodó». Así lo sostiene Pedro Usabiaga (San Sebastián, 1959), ... fotógrafo de cine, de moda y comisario de 'Oscuro objeto de deseo', la muestra que reivindica la rebelde osadía del cineasta vizcaíno, pionero y gran maestro de lo que hoy damos en llamar 'cine quinqui'. En el centro Tabacalera de Madrid hasta septiembre, la exposición repasa la obra y la vida de un creador sin miedo a nada. Un iconoclasta que nadó siempre a contracorriente entre la filosofía de su apreciado Platón y la heroína que fluyó por su venas y sus películas.
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Eloy Germán de la Iglesia (Zarauz, 1944 – Madrid, 2006) fijó como cineasta una valiente visión de su tiempo. Comenzó en 1966, en plena dictadura franquista, y batalló contra la censura hasta su supresión en 1977, en plena democracia. «Militó en el cine y en la vida llegando hasta el abismo y más allá», resume Usabiaga, que ha realizado un montaje «artístico» para referenciar las 23 películas que conforman el legado de un cineasta con marchamo de maldito que vivió y creó de acuerdo a esa etiqueta.
En sus películas abordó sin complejos el consumo de drogas, las represiones sexuales de un país sometido, la corrupción política, el aborto, la delincuencia juvenil o la homosexualidad. «Tabúes todos que se ocupó de dinamitar», afirma Usabiaga, que profundiza –con material inédito en muchos casos– en una filmografía «que radiografía con crudeza una época oscura y reprimida que Eloy contempló desde su militancia política y su hondo compromiso».
Provocador y rompedor, cronista de mundos sórdidos, y dueño de una personal estética «que la crítica no supo apreciar», su cine «ha aguantado el paso del tiempo mucho mejor que el muchos de sus coetáneos y es hoy referente y modelo para jóvenes cineastas», se felicita Usabiaga sin dar nombres. «Se le criticó por oportunista, tosco y panfletario, y hoy se reconoce la oportunidad de su cine», dice el comisario recordando que el cineasta vasco estudió filosofía y fue «un gran experto en Platón».
«Quien ha contemplado la belleza con sus propios ojos está consagrado ya a la muerte, dijo Platón. Y yo he conocido ambas muy de cerca», escribió De la Iglesia, que se definía como «cobarde y tímido», «interesado en analizar una sociedad enferma» y «sin otra razón para vivir que hacer cine».
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Usabiaga celebra que el legado del cineasta se muestre en la sala principal de Tabacalera, un espacio mestizo y desangelado, muy acorde con la descarnada estética del guionista y realizador vasco. «Su obra vuelve al barrio donde vivió para mostrarnos quién fue el maldito Eloy de la Iglesia», ironiza Usabiaga ante la chocante imagen de Vicente Parra y Eusebio Poncela besándose con pasión en 1972, tres años antes de la muerte de Franco. Una escena que, por supuesto, fue censurada.
«Hablar con él, compartir tiempo, experiencias e ideas era como pedir a las puertas del infierno; nada de lo que recibiéramos le iba a gustar a nadie», dice Usabiaga sobre el realizador de películas como 'La semana del asesino', 'Los placeres ocultos', 'El pico', 'Navajeros', 'El diputado' o 'La estanquera de Vallecas'. «Con ellas dio voz a colectivos marginados y silenciados, a disidentes sexuales, a seres rechazados, estigmatizados y sin recursos, y lo hizo de una forma valiente y directa, sensual y verdadera que no dejó indiferente a nadie», asegura el comisario.
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Destaca como sus transgresoras películas, zarandeadas por la crítica, tienen hoy un amplio reconocimiento. «Se emiten una y otra vez en la tele, son objeto de ciclos y retrospectivas en las más importantes filmotecas y hasta el Festival de Málaga dedica un premio con su nombre a los directores más rebeldes del cine español».
«Fue el gran comprometido con una sociedad a la que amaba y repudiaba por igual, por eso ponía nombre a todo lo que los demás temían y no se atrevían a señalar, y colocaba a su personajes en situaciones límite, acuciados por el fervor a la familia heredada del franquismo», dice David Calle, amigo del cineasta y fotógrafo de 'Los novios búlgaros'.
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Organizada por la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes y producida por Kutxa Fundazioa, la exposición se vio ya en Tabacalera de San Sebastián. Tras su paso por Madrid Usabiaga negocia su presentación en Valencia.
Qué: Eloy de la Iglesia. Oscuro objeto de deseo
Dónde: La Principal. Tabacalera. Embajadores, 51 Madrid. www.promociondelarte.com
Cuándo: del 21 de junio al 8 de septiembre de 2019
Cuánto: Entrada gratuita
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