El Premio Forqué convierte a 'Tarde para la ira' en favorita para los Goya

Arévalo fue el hombre más feliz en una gala conducida por Carlos Latre en el Teatro de la Maestranza de Sevilla a la que acudió el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo y la plana mayor del cine español. Presentada en el Festival de Venecia, 'Tarde para la ira' conquistó a la crítica por el pulso firme con el que su director novel conduce una durísima historia de venganza que arranca con el fallido atraco a una joyería y prosigue ocho años después cuando uno de los atracadores sale de la cárcel. Estrenada el pasado 9 de septiembre, los Goya la devolverían de nuevo a las salas.

A sus 37 años, oriundo de Móstoles y crecido en el bar de sus padres en Chamberí, Arévalo conoce a la perfección los ambientes de barrio que retrata tascas, gimnasios y logra interpretaciones pasmosas de sus actores, comenzando por Antonio de la Torre y Luis Callejo, dos seres heridos obligados a convivir en medio de estallidos de violencia seca y brutal.

Los Forqué, que no otorgan galardón al mejor director, también reconocieron en su 22 edición el genio del actor Roberto Álamo, el temperamental policía de 'Que dios nos perdone'. La mejor actriz para los productores es Emma Suárez, que en 'Julieta' de Pedro Almodóvar sufre como nadie en el papel de una madre desesperada. Nadie le toserá el próximo 4 de febrero su segundo Goya.

'El ciudadano ilustre', de los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat, obtiene el Forqué al mejor largo latinoamericano, mientras 'Un monstruo viene a verme', principal rival de 'Tarde para la ira' en los Goya, se conforma con el Premio Forqué al Cine y Educación en Valores.