Álvaro Soto
Viernes, 30 de diciembre 2016, 13:57
«La gente feliz no tiene historia», reza un dicho francés. Lo suscribe Eric Lavaine. Por eso, el director galo rebusca entre los temas sociales para fabricar películas que lleguen al espectador, pero dándoles una vuelta y convirtiéndolas en comedia. Su nueva cinta, 'Vuelta a ... casa de mi madre', que se estrena el 30 de diciembre, aborda con una sonrisa el drama de las personas que, por la crisis económica, deben regresar al hogar familiar.
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«Es terrible ser un adulto y que te suceda esto, tener que volver a casa de tus padres», explica Lavaine, que para su película, que se ha convertido en la comedia de la temporada en el país vecino, ha contado como protagonista con una excepcional Alexandra Lamy, en el papel de Stéphanie, la hija, y una no menos estupenda Josiane Balasko como madre. Entre ellas se produce un redescubrimiento mutuo que es, en el fondo, otro de los hilos conductores de la cinta. «En esta película me interesaba resaltar el papel de la madre, que suele quedar en un segundo plano. Con la esperanza de vida actual, una persona mayor puede ser moderna, tiene inquietudes diferentes, puede tener deseo sexual... Y sin embargo, a un hijo le cuesta entender que eso le ocurra a sus padres», detalla el cineasta galo.
La necesidad de regresar al nido familiar es una situación tristemente habitual en España, pero también en Francia. «Antes, económica y socialmente, mi país se parecía a Alemania, ahora nos parecemos a Italia o España», expone Lavaine, autor de, entre otras cintas, "Poltergay", "Incógnito" o "Barbacoa de amigos". Tan extendido es el fenómeno que ya tiene hasta un nombre propio, la "generación bumerán". El director francés defiende el poder de la comedia para hacer reflexionar al espectador, pero admite que sobre determinados asuntos se ve incapaz de reírse.
«Yo soy de las personas a las que no les gustó "La vida es bella". Hay cosas demasiado tristes», continúa. Sin embargo, en tiempos de dura crisis económica, la comedia se está convirtiendo en una vía de escape. En España, otra vertiente de la crisis, la emigración, ha dado pie a películas como "Perdiendo el norte". «Lo que atrae al público no es la crisis en sí, sino los temas sociales. Cuando estamos hechos mierda es cuando empezamos a sentir empatía, solidaridad con lo que les ocurre a los demás. Cuando todo va bien, es difícil ver los problemas de los otros», concluye Lavain.
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