Los vacíos vitales se asoman al 'Acantilado'

     Los intérpretes de la película coinciden en un momento alto de sus carreras. Además de sus incursiones en el teatro y en la televisión, Daniel Grao viene de ser 'chico Almodóvar' en 'Julieta'. Ahora se acerca a un asunto, el de las sectas, del que se asegura que antes de la película apenas conocía unos pocos tópicos. Pero él amplia el concepto 'secta' a 'sectario'. «Para interpretar este papel me fijé mucho en el comportamiento sectario que todos vemos alrededor o que incluso a veces protagonizamos nosotros mismos, la fe ciega que nos lleva a creer que algo es la verdad y lo demás no tiene cabida. España es un país sectario y me apoyé en intentar descifrar esos códigos», asegura Grao.

     En esa línea se encuadra también Ingrid García Jonsson, que vuelve a las carteleras con 'Acantilado'. «Uno tiene comportamientos sectarios o tiene fe ciega en un equipo de fútbol y venera a los jugadores como dioses. La secta es una metáfora de cómo en determinadas situaciones nos dejamos llevar y acabamos en lugares muy extraños». García Jonsson da vida a Cordelia, «una joven manipuladora que cada vez que encuentra a una persona que puede llenar sus huecos, la exprime». La actriz malagueña, que estrenó hace unas semanas 'Toro', quiere «aprovechar el tirón». Sus próximos proyectos son dos películas independientes: 'Golpe Maestro', con César Pujol, y 'Ana de día', la 'ópera prima' de Andrea Jaurrieta.

     Juana Acosta, que sufrió el suicidio de un hermano, cuenta cómo su experiencia personal le ayudó a entender el duelo de los protagonisas. «Desde el primer momento me gustó el guión por las tramas tan complejas que debe afrontar Helena, mi personaje», subraya Acosta, que destaca su gran relación con la directora, Helena Taberna. «La conocí hace dos años, cuando le pedí información sobre 'Yoyes', un papel que yo tenía que interpretar en la película francesa 'Santuario', y entablamos una gran relación. Por eso, que me ofreciera este papel fue un regalo», asevera.