MARÍA ESTÉVEZ
Sábado, 5 de marzo 2016, 07:17
Al Pacino, uno de los actores más reconocidos del planeta, no necesita presentación. El protagonista de títulos inolvidables como El Padrino o El precio del poder, ganador de un Oscar por su papel en Esencia de mujer, regresa a la gran pantalla con Nunca es ... tarde, donde interpreta a una estrella de rock que ha conocido tiempos mejores.
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Su personaje sufre un momento de miedo escénico. ¿Alguna vez ha sentido ansiedad ante el público?
Por supuesto, lo siento todo el tiempo. Cuando estoy en el escenario y me olvido de las palabras, me aterro. No hay nada peor en el mundo, pruébalo, ya veras. Tres mil personas desconocidas frente a ti y tú sin nada que decir. Deberías acordarte de lo que debes decir y no puedes. Es difícil evitar la ansiedad en esos momentos.
¿Cómo lo consigue superar?
Todos los personajes tienen sus historia. Son un lienzo en blanco que has ido pintando desde que te dieron el papel. Hay personajes que dan más miedo que otros, pero una vez que los conoces y los domas, eres capaz de entenderlos y asimilarlos. A través de la técnica puedes ayudarte a encontrar las palabras. Cada actor tiene su truco para pintar las lagunas.
¿Se identifica con la vieja gloria de protagonista de la película?
Hasta ahora nunca había interpretado una estrella del rock y me pareció una buena oportunidad. Creando el personaje se me aparecieron dos imágenes, Barry Manilow y Rod Stewart, artistas que me encantaban de joven. Otros pueden ver en él a Bob Dylan, pero mi idea era crear un superviviente, alguien realmente bueno que brindara credibilidad a la figura del personaje. Su tabla de salvación es la composición, la energía de escribir le mantiene. El alcohol y las drogas forman parte de su estilo de vida, igual que la fama o los matrimonios que no recuerda. Es la clásica desintegración del éxito. La carta de John Lennon cambia su camino y déjame decir que muchas veces ocurre esa confluencia de caminos.
¿Se ha dejado llevar por la complacencia del éxito en su carrera?
Creo que es importante reinventarse, sobrevivir. Los guiones cambian, las personas cambian. Me he mantenido gracias a las ofertas que he recibido, a los buenos escritores que confiaron su trabajo en mí. Los artistas debemos adaptarnos a los tiempos, por eso hago este trabajo. Me gusta evolucionar. Envejecer me da miedo, no ser capaz de recordar mis líneas, mi dialogo. Que se olviden de mí o que ya no pueda actuar porque me quede sin apetito, eso sería trágico, me llevaría a la locura.
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¿Suele llevarse bien con los directores con quienes trabaja?
Siempre he sido fan de cualquier director que quiere algo conmigo y no de forma romántica. Soy fan de ellos, porque me quieren ver en su película y cuando un realizador te ve en un papel sabes que puedes contar con su apoyo. Eso me ocurrió con El Padrino. Francis Ford Coppola me quería a mí antes que a cualquier otro. Peleó y me consiguió. Desde entonces sé que debo mi carrera a los directores. Tenga talento o no como actor, ellos son los primeros que tienen que verte en el papel, en su historia y siempre es un honor cuando me ofrecen un personaje. Cuando acepte interpretar a Danny Collins sabía que Dan Fogelman me quería y empecé a verme dentro del papel.
¿Es fácil desprenderse de los personajes y vivir una vida normal?
Cuando era joven me llevaba mis personajes a casa. Se quedaban conmigo porque me costaba deshacerme de ellos. Ahora los cuelgo del perchero del teatro cuando me voy y reviven a mi regreso. Me he dado cuenta que haciendo eso tengo más energía en escena.
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¿Qué cualidades necesita un actor para ser un gran protagonista?
¿Como Cary Grant? Es difícil contestar. Es algo innato. Cuando veo a Cary Grant descubro en él muchos atributos. Tenía una forma de expresarse, de moverse, era una persona muy carismática. Supo crear su propio personaje. Es un actor que pertenece a cierta época de Hollywood, muy diferente a la actual. Unos podrían decir que George Clooney es lo más parecido a Grant. DiCaprio es otra gran estrella. Brando lo cambió todo, porque estaba predispuesto para ser un actor de personajes y a la vez una estrella. Sobrevivió al paso del tiempo, mientras que Gary Cooper o Cary Grant se quedaron en su época.
¿Qué le inspira a como actor?
Elijo mis personajes dependiendo de lo que ocurra en mi vida. Supongo que voy por ciclos, aunque otros lo llamaran envejecer. Puedo permitirme el lujo de elegir, algo que en esta profesión muy pocos actores pueden hacer. Me mantengo abierto a personajes nuevos que no me exijan demasiado. Me he convertido en un actor muy práctico.
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