Paco León: «Me parezco más a Fran que a 'El Luisma'»

Es el planteamiento de Embarazados, segundo largometraje de la directora Juana Macías tras debutar con Planes para mañana, con la que fue nominada a los Goya en la categoría de Mejor director novel. La cinta, que se estrena este viernes, aborda la realidad de una generación que va desde los 30 hasta los cuarentaymuchos caracterizada por el retraso de la paternidad hasta convertirlo en un tema que obliga a decidir entre ahora o nunca. Una situación que ha hecho proliferar los problemas de concepción y, por ende, la recurrencia a las clínicas de reproducción asistida. Juana Macías nos adentra en un mundo, el del proceso de la fecundación in vitro, para mostrarnos a través de la pareja protagonista los anhelos, miedos, sueños y frustraciones de una generación que se resiste a hacer renuncias.

«Nos hemos tomado más tiempo para nosotros e intentamos siempre ganar tiempo para cumplir las expectativas, pero el tiempo pasa rápido y queremos probar mil versiones distintas de uno mismo antes de meterte en un embolado como tener hijos», analiza Alexandra Jiménez, que da vida a Alina. La película habla de cómo alargamos el tiempo, obviando su paso. Nos vemos jóvenes, nos sentimos jóvenes, nos vestimos como jóvenes y de repente llega un momento en el que entiendes que no eres tan joven para algunas cosas. Vivimos una especie de juventud alargada que a veces nos hace chocar con la realidad, añade Macías.

Tras la infructuosa búsqueda, la pareja protagonista acudirá a un peculiar ginecólogo, interpretado por un siempre magistral Karra Elejalde, que les informará de que los espermatozoides de Fran son pocos, vagos y anormales, mientras el diagnóstico para ella es aún más demoledor, premenopáusica con apenas 37 años, con lo que el reloj biológico le apremia a tomar una decisión si quiere cumplir su deseo de ser madre. La solución, un proceso de fecundación in vitro que Fran no ve claro y que amenaza con romper la armonía de una vida tranquila y una relación consolidad y feliz.

Tragicomedia sin excesos

Paco y Alexandra llevan todo el peso de esta comedia sin excesos de humor, liberando del peso a dos actores con un currículum marcado por personajes más extremos e irreverentes. Más aún en el caso de Paco León, que admite el vértigo de afrontar al personaje más normal de su carrera, dejando atrás recursos más habituales. Se trata de desnudarte y trabajar desde uno mismo, porque yo me parezco más a Fran que al Luisma, admite el actor. Una impostura dirigida a castrar sus dotes para la comedia, que asoma a ratos para volver a agazaparse y dar paso a un drama sin excesos en un eficaz equilibrio.

El guion, escrito a tres manos por la directora de la película junto con Anna R.Costa y Juan Moreno, busca la presencia de la versión masculina y femenina del conflicto, evitando mostrar una historia de buenos y malos para centrarse en el momento vital de los personajes. De repente una pareja que va al unísono quiere cosas diferentes y sus necesidades son incompatibles pero eso no significa que no las puedas entender, explica Macías.

La cineasta tuvo claro desde el principio la elección de la comedia para tratar de desdramatizar, tomar distancia y reírnos de nuestras obsesiones en un tema que, admite, puede llegar a ser muy dramático, pero también muy surrealista cuando lo observamos con distancia. Tampoco hubo dudas con el cásting para elegir a dos actores para quienes la comedia fuera algo innato en un relato en el que, explica, a veces te ríes y en otros te emocionas. La duda era cómo funcionarían Paco y Alexandra como pareja consolidada, pero desde el primer minuto se vio que existía una conexión.