Rosario González
Jueves, 29 de octubre 2015, 00:42
El acceso al Teatro Real de Madrid para entrevistar al equipo de la nueva película de James Bond se convierte en una escena de acción propia de la saga del agente secreto. Decenas de personas con pinganillo en la oreja recorren el recinto con grandes ... zancadas, las instrucciones de seguridad llegan en varios idiomas y los periodistas deben identificarse en cada planta a la que acceden. Subir a la sexta en el ascensor requiere de autorización expresa. Allí esperan la actriz italiana Monica Belucci y el director Sam Mendes, recién aterrizados en España tras presentar en Roma y en Londres la nueva película de la saga, 'Spectre'.
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Cada entrega tiene su parte revolucionaria y en este caso, uno de esos aspectos llega de la mano de Bellucci (Umbría, Italia, 1956). Su elección como chica Bond abrió debate desde el primer minuto por la edad de la actriz, que acaba de superar -de forma espléndida- la cincuentena. No solo es la chica Bond con más edad de la historia de la saga, sino que supera en cuatro años al actor Daniel Craig, de 47, que da vida por cuarta vez al agente británico.
El debate cae sin embargo en terreno baldío y, a estas alturas, su eficiencia ante la cámara hace innecesario defender que es más que una cara bonita. Estudió Derecho en la Universidad de Perugia, aunque abandonó los estudios cuando despegó su carrera como modelo. Habla con fluidez italiano, francés e inglés, chapurrea algo de español e incluso se atrevió con el arameo dirigida por Mel Gibson en La pasión de Cristo. También ha trabajado a las órdenes de Francis Ford Coppola, los hermanos Wachowski, Robert Zemeckis, Giuseppe Tornatore o Terry Gilliam, además de la española Isabel Coixet.
Con elegancia, Bellucci evita los rodeos a la hora de hablar del tema. «Por primera vez se ve a una mujer madura cerca de Bond, porque Lucía es una mujer que tiene 50 años y se tienen que notar en la pantalla esos 50 años», resume la intérprete. Una «hermosa evolución femenina» para la que el director de la película, Sam Mendes, ha construido «una realidad dramática en torno a ella, centrándose en su soledad, en su miedo y en su desesperación. Y aunque ya no tenga la belleza de la juventud, es una mujer que tiene su femineidad y que la ha permitido vivir», zanja la intérprete italiana.
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