Las fascinantes rubias de Alfred Hitchcock

Con esta crítica feroz alimentada por la nostalgia quiere iniciar Koster un diálogo con sus lectores. El escritor propone una conversación que inevitablemente recuerda a la que mantuvo 'El Maestro' -que es como llama Koster al cineasta británico- con el actor y director francés François Truffaut. De hecho hay constantes referencias a esta ya mítica plática entre ambos. Sin embargo, en esta ocasión Koster hace partícipe a su lector de un nuevo diálogo que él conduce a través de una narración lúcida y original.

El escritor, que no tiene pelos ni en la lengua ni en la pluma, comienza su tesis de una forma muy agresiva con el cine de hoy, "una farsa donde incluso las mujeres más bellas se limitan a desfilar en beneficio de los eslóganes publicitarios que mantienen las firmas de las cadenas de producción", opina.

No obstante, Koster se olvida rápidamente de las diatribas contra una manera de filmar que no le interesa para transportar a su lector al cine de los cincuenta y los sesenta en el que Hitchcock "es el único entre todos los ilustres directores de cine que sabe observar y nos hace observar a las mujeres con una veneración no exenta de un humor que impide la falsa expectativa", asegura.

El escritor francés siente verdadera devoción por la manera de entender el séptimo arte que tiene el director británico y por su forma de presentar a las actrices a través de la gran pantalla hasta provocar en el espectador un "duradero hechizo con que nos atrapan las fascinantes rubias del Maestro".

El francés afirma que Hitchcock es todo "un brujo" capaz de encantar al público con sus intérpretes predilectas como Grace Kelly o Kim Novak y se pregunta si "existe hoy alguna actriz a cuyos elixires sucumbiríamos con semejante placer".