Las cuentas negras de Bárcenas, en el cine

'B' se titula esta película tanto por el apellido del protagonista como por la contabilidad paralela, en B, que durante años mantuvo en el Partido Popular. La cinta se centra en un episodio muy concreto del largo culebrón político, financiero y judicial que deparará aún muchos titulares. El día D del proceso, el caluroso 15 de julio de 2013, cuando Luis Bárcenas es trasladado desde la prisión de Soto del Real a una sala de vistas de la Audiencia Nacional para responder al extenso interrogatorio al que le sometió el juez Pablo Ruz.

Ante el magistrado, trajeado, sin renunciar a su altivez y al sarcasmo, el sobrado extesorero del PP, que podría haber llegado a acumular 47 millones en Suiza, dio detalles de la doble contabilidad de la que había dejado abundantes documentos manuscritos y de los pagos en negro que habría realizado durante años a compañero de partido. La película es un fidelísimo retrato lo que se vivió en esa sala aquel día. Hasta la víspera, el imputado había negado toda relación con los llamados 'papeles de Bárcenas', «pero 18 días en prisión bastaron para que cambiara su declaración, dando un vuelco excepcional y brutalmente polémico a la investigación», dice los responsables de la película.

Su declaración de cinco horas ante Ruz fue la base de la obra de teatro 'Ruz-Bárcenas', de Jordi Casanovas, y que, dirigida por Alberto San Juan, ha dado origen a 'B'. Ilundain (Pamplona, 1975) presenció una representación en el Teatro del Barrio y abandonó la sala convencido de que la pieza encerraba una película. Se puso manos a la obra y construyó el guión sobre la declaración de Bárcenas que Casanovas había adaptado para la escena. Se limitó a seleccionar los fragmentos más jugosos y acaso escabrosos de la declaración sin alterar una coma de las palabras de Bárcenas.

Asfixiante ambiente

Para poder rodarla, y a pesar de su bajo presupuesto, se vio obligado recurrir a la financiación colaborativa, el 'crowdfunding' que ha pagado buena parte de los gastos gracias a las aportaciones de 597 particulares. Dieron casi 60.000 euros en cantidades que van de los 10 a los 5.000. Además, la pasada primavera pudo rodar en una sala de vistas de la Audiencia Provincial de Madrid en la que reprodujo el asfixiante ambiente de la declaración original.

«Entré al teatro con miedo», confiesa el director de la película, porque, recuerda, acudió «a ver una obra que es una transcripción de una declaración judicial con amigos que no están especialmente al tanto de la política, que no van al teatro o al cine a menudo». «Temía que a los diez minutos de función quisieran matarme», dice. Pero sucedió todo lo contrario. «La tensión, el miedo, la arrogancia, los ataques, la defensa, la verdad y la mentira... Contra todo pronóstico, lo que había en escena eran emociones». «El público se reía, murmuraba y desplazaba su mirada hipnotizado como si una pelota de tenis viajara de un lado al otro de la sala. Mis amigos salieron eufóricos, como diciendo 'qué fuerte', y yo solo pensaba que había que convertir eso en una película».

Pedro Casablanc encarna a Bárcenas, y lo hace con una encomiable brillantez, según avanzan los tráilers y quienes han visto el filme. A una caracterización que explota con éxito cierto parecido entre el actor y el expolítico se suma su extraordinario trabajo, que ha sabido atrapar los tics y la peculiar manera de hablar de Luis Bárcenas y su arrogante gestualidad. «Ha sido un trabajo hipernaturalista», admite el director, que se ha movido en un registro documental «para dar la sensación de estar trasmitiendo en directo el interrogatorio».

Tiene Casablanc su contrapunto en Manolo Solo, que encarna al juez Ruz en un combate dialéctico a varias bandas en el que también participan abogados y fiscales. Completan el reparto Patxi Freytez, como Enrique Santiago; Eduardo Recabarren, que encarna al editor y abogado Gonzalo Boye; Enric Benabente, como el abogado de la acusación particular, José Mariano Benitez de Lugo; Carlos Olaya, con el fiscal Antonio Romeral, y Pedro Civera, como el abogado Javier Gómez de Liaño.