Antonio Resines, presidente en funciones de la Academia de Cine

Según ha declarado Resines, la decisión ha tomado por sorpresa al equipo directivo -"no sabíamos que iba a dimitir, y menos después de los Goya"- y ha anunciado que "en unos tres meses" se convocarán elecciones, se presentarán las candidaturas y se renovará la dirección para antes del verano. "Solo soy presidente en funciones y no me voy a presentar para ello", ha asegurado el actor, que recuerda que cuando se presentaron al segundo mandato, González Macho ya lo había dejado y decidió presentarse "por compomiso".

González-Macho, que fue reelegido como máximo responsable de la Academia el 24 de mayo de 2014, ha estado acompañado durante su segundo mandato al frente de la entidad por Resines como vicepresidente primero y la directora y guionista Judith Colell, como vicepresidenta segunda. Con la renuncia de González-Macho, Resines pasa a ser presidente y Colell vicepresidenta primera en funciones.

Resines, que comenzó su carrera en 1980 a las órdenes de Fernando Trueba en 'Ópera prima', ha participado en más de medio centenar de películas, así como en más de una veintena de series de televisión, entre ellas 'Los Serrano', en antena entre 2003 y 2008 o, la más reciente 'Ciega a citas', en 2014. Ganador de un Goya como mejor actor por 'La buena estrella' en 1997, los últimos proyectos en el cine del actor han sido 'Ni pies ni cabeza' (2012), 'El sueño de Iván' (otoño 2011), 'La daga de Rasputín' (2011), 'Don Mendo Rock ¿La venganza?' (2010), 'Celda 211' (2009) o 'Fuga de cerebros' en 2009.

Enrique González Macho asumió por primera vez las riendas de la Academia de cine en 2011. Tres años después, en 2014, el productor, exhibidor y distribuidor se impuso a la productora Piluca Baquero para un segundo mandato al frente de la institución en un momento de preocupación el sector, que hacía frente a una reestructuración del modelo de financiación y a las incógnitas que planteaba la escasez de subvenciones, además de la escalada de tensión con los ministros de de Hacienda, Cristóbal Montoro y de Cultura, José Ignacio Wert, el primero por sus polémicas declaraciones sobre la calidad de las películas españolas y, el segundo, por su plantón a la gala de los Premios Goya.

González-Macho, el apaciguador

González Macho recogía el testigo del cineasta Álex de la Iglesia, quien logró durante su mandato recuperar la conexión con el público e incluso atraer de nuevo a Pedro Almodóvar para la gala de los Premios Goya. Sin embargo, su fuerte apuesta por internet en un momento de pleno debate sobre la piratería tocó hueso en el sector, que prefirió apostar por González Macho, un perfil más moderado que aunaba el respeto por lo tradicional con las nuevas formas de comercialización como Filmin, la plataforma online de cine de pago que el hasta ahora presidente de la Academia puso en marcha.

Los discursos de González Macho se convirtieron desde 2011 en un eficaz termómetro para medir la temperatura del sector cinematográfico, sus datos económicos o la evolución en las tensas relaciones con el Gobierno. En 2014, por ejemplo, su discurso durante la fiesta de presentación de los nominados a los Premios Goya no defraudó las expectativas de los asistentes tras un año difícil marcado por la subida del IVA cultural y unos datos de taquilla mejorables. "A pesar del momento que atravesamos y las zancadillas que a veces nos ponen, el talento y la creatividad no nos lo van a quitar. El cine español está muy vivo", declaraba entonces.

Unas críticas que se repitieron durante la gala de los Goya de ese año, con numerosas referencias a la sonada ausencia de Wert. "Hacer una película en España es un acto heróico", afirmaba en febrero de 2014 en un discurso que reclamaba más rapidez en la tramitación de la Ley de la Propiedad Intelectual para luchar contra la piratería y criticaba la "injusta" subida del IVA. Aunque fue el actor Javier Bardem quien apoyó de forma más ácida las palabras de González Macho al declarar que, en España, "los ciudadanos están por encima de los políticos y el cine español está muy por encima de su ministro de anticultura".

Sú última aparición pública fue el pasado 7 de febrero en la gala de los Goya, con un discurso optimista y positivo en el que, con la presencia en la platea del ministro de Cultura, aprovechó para sacar pecho por el "magnífico momento" que atraviesa el cine español gracias los récords históricos logrados en taquilla y en cuota de pantalla. Un discurso en el que insistió también en su reivindicación para reducir los impuestos directos a la cultura, que en 2012 subieron del 8% al 21% dentro de las políticas de austeridad para reflotar las cuentas públicas.