Óscar Bellot
Lunes, 12 de enero 2015, 15:04
Puede que al espectador le guste reírse, pero a la hora de recolectar premios, la palma se la lleva el drama. Bien lo ha podido comprobar Alejandro González Iñárritu, quien ha tenido que conformarse con dos de los siete galardones a los que optaba Birdman ... en los Globos de Oro.
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Los premios de la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood son considerados como la antesala de los Oscar. Y si con esta brújula hay que orientarse, Boyhood se erige en la gran favorita precisamente en la semana en la que se desvelarán las candidaturas a las estatuillas doradas.
Tal vez haya pesado en contra de Iñárritu el hecho de que Hollywood se postrase el año pasado a los pies de otro mexicano, Alfonso Cuarón y su Gravity. O simplemente que Richard Linklater haya ejecutado una maniobra más audaz al espaciar el rodaje de su filme durante doce años para reflejar con impoluta fidelidad el paso del tiempo. Pero la primera lectura que cabe extraer es que, una vez más, la industria prefiere apostar sobre seguro poniendo su rictus más serio antes que internarse por caminos pocas veces transitados.
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