«Rodar 'REC 4' ha sido una verdadera pesadilla»

En la cuarta y última entrega de la saga, Balagueró se reencuentra con la actriz Manuela Velasco, que da vida de nuevo a la reportera Ángela Vidal, para continuar la historia sobre el terrible virus desatado en un piso de Barcelona, aunque esta ocasión el escenario principal será un buque industrial, en alta mar, donde permanecen en cuarententa tanto Ángela como el resto de supervivientes que han tenido contacto con alguno de los infectados. "El personaje de Manuela ha evolucionado y se ha convertido en una bestia que va a luchar hasta el final contra todo lo que se le ponga por delante", destacó el director de la saga.

El cierre de la saga es un fin de fiesta que decenas de fans se niegan a asimilar, pero que sus protagonistas tienen meridianamente claro. "Ni por todo el oro del mundo volveremos a hacer un REC, tenemos claro que se ha terminado", explicó Balagueró. "La única cosa que nos haría cambiar de opinión es ver a millones de espectadores que quisieran ver una quinta. Y no por el dinero, suena a demagogia pero es la pura verdad". También Velasco apunta al fin de REC como algo natural. "Me gusta que las cosas tengan un principio y un final y creo que a esta saga le debemos ponerle un final nosotro y no dejar que termine por agotarse por sí sola".

Rodaje en alta mar

Una de las partes más difíciles fue el rodaje en alta mar, dentro del buque industrial donde se desarrolla parte de la trama. "El barco es un lugar visualmente fascinante, aterrador y fotogénico, pero un infierno como set de rodaje", relató Velasco, que aún recuerda las escenas en una piscina de olas artificiales en Asturias en pleno noviembre tan solo protegida con una camiseta de tirantes. "Decir que ha sido muy duro sería un eufemismo, ha sido una verdadera pesadilla. En este caso la realidad casi ha superado la ficción y mira que es difícil en una película como REC".

Además de la parte física, Velasco sitúa el mayor reto interpretativo de su papel en mantener el "racord emocional" y de "tensión" en una película que, recuerda, "no ha sido rodada cronológicamente". Para Balagueró, el mayor desafío radicó en poder llevar a buen puerto el gran número de escenas "veloces" y "trepidantes" de una película rodada en espacios "estrechos y asfixiantes".

Horror, suspense y... diversión

El equipo, encabezado por Balagueró, trató de mantener a toda costa el espíritu de las películas pequeñas que tan bien funcionó con la primera entrega de REC. "Para eso hay que ser muy fieles, mantener las ganas y la ilusión con la que hicimos la primera, e intentar que no se nos vaya de las manos una película que es tan grande", señaló el cineasta. Para Velasco, otro punto crucial fue mantener "prácticamente" el mismo equipo técnico en las películas. "Ayuda a tener la sensación de que hemos seguido jugando a lo mismo desde 2006".

Sin embargo, una de las grandes diferencias entre REC4 y las entregas anteriores se centra en la técnica de rodaje, que en esta ocasión deja de lado la "cámara en mano" para apostar por un formato más tradicional y una calidad de imagen superior, gracias a un presupuesto -cerca de tres millones de euros- que, aunque escueto, supera el de las otras entregas. "Con cada película de REC siempre hemos intentado reinventarnos y ofrecer una propuesta distinta, algo nuevo. De ésta el espectador puede esperar horror, tensión, suspense y supervivencia pero, sobre todo, mucha diversión", desveló Balagueró.