El cine se reencuentra con su público

Dentro del recinto sorprendía la naturalidad con la que se hacia uso de los geles desinfectantes, se seguían las fechas o se adquirían las entradas en la máquina expendedora. Ha habido que aprender, pero la cuarentena nos ha puesto la pilas. Todos llegaron con mascarilla, aunque más adelante durante la proyección no fuera necesaria. Dentro, sólo la mitad de las butacas estaban disponibles por seguridad..., pero todo merecerá la pena para volver a experimentar la magia del cine. Las caras lo decían todo y es que había ganas de cine. «Mucha gente nos ha llamado y escrito para preguntar por la reapertura, había muchas ganas de oler a palomitas y volver a la sensación de butaca». Arancha Aguerralde, gerente de los Yelmo, saludaba con familiaridad a algunos de los visitantes. «Es emocionante volver a 'levantar el telón', pero también reencontrarte con espectadores que ya son amigos».

A las 16.45 de la tarde, tres cuartos de hora antes de la proyección de 'Sony, la película', el título infantil con el que los Berceo estrenaban cartelera, ya rondaban la puerta principal las primeras cuadrillas de amigos y padres con niños. A esa hora, también empezaban a animarse las reservas para las sesiones de tarde-noche, con estrenos esperados como 'The Gentleman' o 'La posesión de Mary». «Mira ya hay butacas cogidas para las nueve...».

Detrás del mostrador, uno de los empleados protegido por una mampara proporcionaba las entradas físicas a un grupo de chavales sin tarjeta, pero esto será la excepción. Entre las principales medidas instauradas destaca la venta de entradas 'on line' (Yelmocines.es) y la eliminación del corte físico de los tíckets. «Lo hacemos para que el cliente se sienta lo más seguro posible. La venta presencial se hará si es estrictamente necesario». Para llegar al mostrador, de forma natural se guardaba la distancia, algunos venían con bolsas de caramelos y palomitas. La tienda sigue como siempre, aunque sin productos a granel.

Las medidas de prevención se han extremado, también en los aseos, donde el aforo está limitado a tres personas. Los carteles informativos aparecen repartidos por todos los sitios, así como los geles. El incremento de la desinfección es lo primero del nuevo protocolo. Este incluye, desde la utilización de la mascarilla (desechable cada cuatro horas para los empleados), hasta la distancia de seguridad por la evidente limitación del aforo. De las diez salas, cinco están operativas y en cada una están disponibles la mitad de la butacas. «Hemos facilitado la agrupación de amigos o familias, o asientos a quienes vienen solos con otras vacías alrededor». Y es que, aunque en plena era COVID-19, lo que se ha intentado por todos los medios es «volver a disfrutar de la experiencia inigualable de la pantalla grande».

Pero con garantías de seguridad. Entre sesión y sesión, se realizarán labores de limpieza y desinfección, y esto obligará a un escalonamiento de los horarios de acceso. «No se simultanearán las películas para a que no coincidan espectadores de distintas salas en el hall». Hasta la salida después de cada sesión será diferente a antes de la pandemia. Se deberá hacer de forma ordenada empezando desde las primeras filas y por la puerta de emergencia situada junto a la puerta principal. Y no es ciencia ficción, es la nueva realidad.