![El Cervantes explora la esencia del duende por todo el mundo](https://s1.ppllstatics.com/larioja/www/multimedia/202103/29/media/cortadas/Carmen-Linares-R22wAWxIU783GYMLoJDGqMI-1248x770@RC.jpg)
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El flamenco es hoy una portentosa mezcla de cultura popular y alta cultura. Así lo entiende el Instituto Cervantes, que apuesta por la difusión global del flamenco y le «tiende la mano» a través de un Congreso Mundial con más de un centenar de artistas que llevarán el cante, la danza y el duende por los cinco continentes. El director del Cervantes, Luis García Montero, presentó ayer el congreso que se desarrollará a lo largo de 2021 y 2022. Lo hizo junto a Rocío Márquez y Miguel Marín, responsables del programa, y los cantaores Carmen Linares, Marina Heredia y Arcángel.
«Queremos generar un espacio de reflexión en tiempos de redes, prisas y manipulaciones, buscando algo que vaya más allá de mentiras y coyunturas», dijo García Montero. Lo hará a través de cinco líneas temáticas: la palabra; el cuerpo; la transformación y el futuro; el mestizaje y la diversidad, y las emociones.
Así lo avanzó Rocío Márquez, cantaora onubense, doctora por la Universidad de Sevilla, docente en el Máster Interuniversitario en Investigación y Análisis del Flamenco. Es la comisaria del congreso, cuyo director artístico es Miguel Marín, presidente de la Asociación de Festivales Flamencos y al frente de los certámenes flamencos de Nueva York y Londres.
Para universalizar esa condición del flamenco como alta cultura de raíz popular –tras su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad–, el congreso toma el testigo del célebre Concurso de Cante Jondo de Granada, del que en junio de 2022 se cumplirá el centenario de su celebración.
«Fue el primer catalizador de una cosmovisión del flamenco que ha llegado hasta nuestros días y de la que participaron Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Federico García Lorca, Rafael Alberti o Manuel Chaves Nogales, quienes escribieron sabiendo que el uso culto de lo popular era la verdadera identidad de una cultura que estaba en el pueblo», recordó García Montero. «La élite cultural legitimó entonces el flamenco, al encontrar en la palabra la manera de relacionarse con el flamenco, con el duende y lo jondo», agregó Márquez.
Alternando reflexión y exhibición artística, el congreso tendrá lugar en todos los continentes donde tiene presencia el Cervantes. «Desarrollará en cada zona geográfica uno de los temas de su programa y arrancará por África con la palabra», explicó Márquez. En Asia se centrará en la idea del flamenco «como arte exótico y misterioso» y en el movimiento del cuerpo. En América del Sur se hablará de la emoción «y en si, como se defendía en 1922, el artista 'amateur' la pierde al profesionalizarse». En América del Norte se tratará la división entre flamenco puro y adulterado, y en Europa del flamenco como arte en peligro de extinción, «una de las causas que impulsó el concurso de Granada», señaló Márquez.
El congreso contará con la participación de especialistas «nacionales e internacionales que analizarán esas cuestiones que acompañan a la identidad del arte flamenco desde hace más de un siglo». «No queremos plantear revisiones historicistas, y sí abrir un espacio de debate y de reflexión sin decálogos ni cánones, mirando al pasado para atisbar el futuro del flamenco», resumió.
García Montero destacó entre todas las actividades el homenaje que se rendirá en Buenos Aires a Enrique Morente, uno de los primeros cantaores que se interesaron por la poesía culta y por su diálogo con el flamenco.
«La primera vez que escuché a un poeta en la voz de un flamenco fue con Morente, que hizo un trabajo extraordinario con Miguel Hernández. Fue un descubrimiento. Esa poesía nos ha dado gloria y nosotros se la estamos devolviendo», subrayó la cantaora Carmen Linares, que agradeció al Cervantes, que «tienda la mano» al flamenco. «Primero fue lo popular, luego llegó lo culto y pusimos el flamenco al servicio del poema», añadió Linares. «La poesía popular tiene todo lo que el flamenco demanda, pero adoro que la poesía culta se acerque al flamenco y que un poema te haga un traje a medida. Es el éxtasis», dijo el cantaor Arcángel, cuyo horizonte es también «hallar el equilibrio entre lo culto y lo popular».
«Nuestra generación está liberada de ataduras y vemos normal cantar a los poetas, algo que no ocurría con nuestro antecesores», concluyó la granadina Marina Heredia, que también canta salsa y bolero con aire flamenco.
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