La Filmoteca Rafael Azcona retoma su programación después del parón veraniego. Lo hace contemplando al cine español como foco principal para sus dos primeras sesiones y muestra, a partir de las 19.30, uno de los referentes inolvidables de los años noventa.

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La divertida estructura ... de 'Belle époque' (1992), de Fernando Trueba, y guion del imprescindible y añorado Rafael Azcona, es el punto de partida para una fiesta chispeante que todavía hoy se recuerda como un gran acontecimiento de su tiempo y como una de las piezas más logradas de su director.

El largometraje, inspirado en una idea de Fernando Trueba y José Luis García Sánchez, se convirtió en un fenómeno cinematográfico respaldado por la atención del público y una horquilla de premios excelente, encabezada por el Goya a la mejor película y el Oscar a la mejor producción internacional.

La acción se sitúa en período de entreguerras, poco antes del advenimiento de la II República. En la casa solariega de un pintor bohemio, Manolo (Fernando F. Gómez), se refugia un seminarista, Fernando (Jorge Sanz), que ha desertado del ejército. En un ambiente distendido y de feliz libertad, el joven prófugo conoce a las cuatro hijas del artista, Clara (Miriam Díaz-Aroca), Luz (Penélope Cruz), Luz (Ariadna Gil) y Rocío (Maribel Verdú). Seducido por la heterogénea belleza de las muchachas decide permanecer en el sitio dilucidando a cual elegir.

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Un chispeante enredo, de grácil movimiento de personajes y coreográfico vaivén de situaciones, de sensualidad esplendorosa, proporciona una vivaz historia salpimentada con el repertorio más cariñoso, tierno e irónico de Rafael Azcona, que roza la perfección.

El guion, la dirección, la luz, los intérpretes y los diálogos conjugan al unísono y regalan una obra imprescindible. 'Belle époque' tiene frases inolvidables. Dice el sarcástico Manolo: «el seminarista, que se ha venido aquí siguiendo el olor del coño de mis hijas».

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