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A la izquierda, carta firmada por el duque de Nájera, Antonio Manrique de Lara, en Logroño. A la derecha, rúbrica final de la extensa carta firmada por el duque de Nájera a Carlos V en la villa de Ocón. ARCHIVO DE SIMANCAS
Dos cartas del duque de Nájera confirman que llegó a Logroño en avanzada contra el francés Asparrot

Dos cartas del duque de Nájera confirman que llegó a Logroño en avanzada contra el francés Asparrot

Documentos del propio Manrique de Lara y del futuro Papa Adriano VI ponen en duda la tesis del 'Corpus documental sobre el Sitio', presentada por el Ayuntamiento y la Universidad de La Rioja

Domingo, 2 de mayo 2021, 02:00

Todo hecho histórico, en cualquier pueblo o ciudad, en cualquier país del mundo, está trufado de mitos y leyendas, algunos con raíces ciertas y otras no, que se amalgaman con la verdad que sustentan las fuentes contrastadas. El episodio del Sitio de Logroño de 1521 no podía ser menos, con la desventaja de la limitada investigación que hasta hace poco se había llevado a cabo de la citada gesta y, también, de la escasez de documentos de la época que conserva la ciudad.

Si ahora preguntásemos a un logroñés cualquiera sobre el origen patronal de las fiestas de San Bernabé, buena parte mencionaría la degustación de peces, pan y vino en el puerta del Revellín; el arco de boj de la calle Portales, que en dos días queda más pelado que el bolsillo de un pobre, o las representaciones bélicas entre los heroicos vecinos y un ejército francés que comandaba un tal 'Lasparroz', o algo así.

¿Quiénes formaban esas tropas francesas que llegaron 'casi por sorpresa'? ¿Por qué atacaron precisamente Logroño? ¿Cómo pudo resistir el pueblo llano a miles de bregados militares encabezados por Asparrot, con horcas, azadones y un raquítico arsenal de armas oxidadas?

«Con el ejército francés frente a Logroño, Antonio Manrique de Lara estaba en 'mi villa de Amusco' preocupado por unos halcones. No tuvo tiempo de llegar a Logroño», afirma Gómez Urdáñez

A punto de cumplirse cinco siglos de la efeméride y de su celebración, solapadas por la pandemia del coronavirus, no se sabe a ciencia cierta mucho de lo que ocurrió alrededor del 11 de junio de 1521. Hace lustros que la Corporación capitalina debería haber puesto en marcha un proyecto de investigación sobre este hito, lo que no se concretó hasta septiembre de 2020 con la creación de un 'Corpus documental sobre el Sitio de Logroño', a través de un convenio entre el Ayuntamiento y la Universidad de La Rioja.

Ingente labor de investigación

La labor de este organismo, formado por 14 investigadores y archiveros, y liderado por el catedrático de la UR José Luis Gómez Urdáñez, está sacando a la luz cientos de documentos y libros que puedan permitir acercarse a la realidad histórica del episodio por el que Logroño eligió a San Bernabé como su patrón. Por desgracia, la iniciativa llega muy tarde –como siempre– y financiada, además, con la raquítica cantidad de ¡¡¡5.000 euros!!! (IVA incluido). Pero menos es nada.

Cuando este grupo concluya su encomiable acopio de documentación, el Ayuntamiento debería hacer el esfuerzo de editar una obra que escriba negro sobre blanco lo que sucedió en el asedio y separe la historia del mito. A esta labor se suma también el Instituto de Estudios Riojanos, con la próxima publicación de un libro de ensayos, así como con el octavo ciclo de conferencias, junto al Ministerio de Defensa, que se celebrará desde mañana en el Ateneo Riojano. Todos los días a las 19.30 horas .

Pero si el desempeño del 'Corpus documental' atesora un valor y un mérito dignos de elogio, no lo fue así su primera comparecencia pública, el pasado 9 de febrero, en la que pretendía hacerse visible y, para ello, tratar de desmontar un primer mito: «El conde de Haro, y no el duque de Nájera –Antonio Manrique de Lara–, acudió en auxilio de Logroño en 1521 durante el sitio de las tropas franconavarras».

Carta del condestable 'descubierta' por el 'Corpus Documental', y ya publicada por Manuel Danvila en 1898. Archivo de Simancas

El error o el mito pudieron surgir –siglos atrás– porque, si bien el duque de Nájera no entró en Logroño al mando del ejército realista, semanas después sí que fue él quien salió al frente de las tropas que perseguían a Asparrot en territorio navarro, pues ejercía como virrey del viejo reino. De hecho, la mayor parte de la bibliografía reciente ya sitúa al condestable de Castilla y a su hijo, el conde de Haro, como jefes de la operación militar.

Cartas contradictorias

Sobre la posible ausencia del duque de Nájera en Logroño, Manrique de Lara llegó, en efecto, a la ciudad, si no antes, al menos al mismo tiempo que el resto del alto mando. La conclusión que defiende el catedrático Gómez Urdáñez está basada en dos cartas originales, la primera firmada el 11 de junio de 1521 en Santo Domingo de la Calzada por Íñigo Fernández de Velasco, condestable de Castilla, en la que no cita la presencia de Manrique de Lara entre sus huestes y, la segunda, es una misiva del duque de Nájera a Juan Rena –administrador de Navarra– en relación a la entrega de 50 ducados a Sancho de Villodas –tesorero de Vizcaya y las Encartaciones– para la compra de ciertos halcones.

«Es interesante esta carta del duque de Nájera, no solo por el tema –la compra de halcones para cetrería–, sino porque está fechada el 5 de junio, en Amusco, al norte de Palencia. Con el ejército francés frente a Logroño, Antonio Manrique de Lara estaba en 'mi villa de Amusco' preocupado por unos halcones. No tuvo tiempo de llegar a Logroño», afirma José Luis Gómez Urdáñez, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de La Rioja.

El futuro papa Adriano VI afirma que «el duque de Nájera (...) se ha ya adelantado». Manuel Danvila

Sin embargo, el Archivo de Simancas también custodia otros documentos que ponen en duda dicha versión. En la noche del 2 de junio de 1521, el propio virrey de Navarra escribía un mensaje desde Redecilla, a solo diez kilómetros de Santo Domingo, mientras que el día 5 ya estaba en Amusco. Dos días y medio. ¿Es que durante las seis jornadas restantes no tuvo tiempo más que suficiente el duque para desplazarse a Logroño? Además, tampoco es extraño que el condestable ninguneara en su carta la labor de Manrique de Lara, ya que ambos nobles eran enemigos íntimos. En las numerosas misivas escritas hace 500 años, cada uno contaba el conflicto según le iba, acusando a unos y a otros, y defendiendo sus propios intereses.

El mismo día 11 de junio, mientras el condestable Fernández de Velasco escribía al rey desde Santo Domingo, también lo hacía en la ciudad calceatense Adriano de Utrecht, regente de Carlos V y futuro Papa Adriano VI, quien confirmaba al monarca: «El duque de Nájera y el condestable de Navarra se han ya adelantado [se supone que hacia Logroño] y cierto sirven muy bien y vuestra alteza debe mercedes a ellos».

Ciclo en el Ateneo

  • Lunes, 3 de mayo 'Logroño 1521. Entre la historia, el mito... y Asparrot', con Marcelino Izquierdo (escritor y periodista).

  • Martes, 4 de mayo 'La vida cotidiana de los logroñeses durante el sitio de 1521', con José Luis Gómez Urdáñez (catedrático de la UR).

  • Miércoles, 5 de mayo 'Fortificaciones y sitios en el siglo XVI', con José Manuel Arnáiz Seco (coronel del Ejército de Tierra).

  • Jueves, 6 de mayo 'Mitos asediados e Historia sitiada', con Sergio Cañas (Universidad Isabel I) y Diego Téllez (Universidad de La Rioja).

  • Viernes, 7 de mayo 'De Sancho Londoño a Suceso Terreros; de los tercios de Flandes al tercio de Extranjeros', con Pedro Pejenaute Moraga (coronel de Infantería).

Pero existen dos cartas más de Antonio Manrique de Lara que son muy significativas. Una está firmada por el propio duque, el 30 de agosto de 1521 en Ocón, quejándose a Carlos V de que, tras la derrota de Asparrot y las tropas francesas en la batalla de Noáin, el duque najerino había sido depuesto como virrey de Navarra.

Firmado en Logroño el 13 de junio de 1521

Además de mil justificaciones y ataques políticos –al igual que hacía el condestable–, Manrique daba su versión: «(...) Y en esto llegué yo como sabéis con la gente de mi tierra y casa que estaba en Navarrete y con la artillería de su majestad, y los franceses se acabaron de retirar y pasaron a Navarra y se pusieron en el soto que dicen Del Rey, a legua y media o dos de aquella ciudad, y después de puestos allí llegó el cardenal a Logroño y otro día el almirante y después el condestable». Aunque no señala la fecha, por lo que cuenta el mandatario riojano correspondería a la madrugada del 11 al 12 de junio de 1521.

El documento definitivo que certifica la presencia en Logroño del duque de Nájera, al menos a la par que el condestable, es otra larga carta dirigida a Carlos V y firmada en Logroño el 13 de junio de 1521, fecha en la que verdaderamente arribó el grueso del ejército, pues el día 11 por la tarde se sabe que aún permanecía en Santo Domingo de la Calzada.

Otros mitos que se analizarán en estas jornadas serán la defensa militar de la ciudad, cuyos vecinos estuvieron respaldados por miles de soldados profesionales castellanos, así como la leyenda del hambre que pudieron sufrir los sitiados.

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