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Diego Urdiales tomó la alternativa en Dax, plaza donde torea este viernes y en la que ha salido varias veces por su puerta grande. Lo hizo de la mano de Paco Ojeda, ídolo absoluto de la afición francesa. Ojeda en aquellos años se había convertido en rejoneador y celebró sus veinte años de alternativa toreando a caballo por la mañana y a pie por la tarde. Urdiales tenía programado doctorarse el 7 de agosto en la feria de la Blanca de Vitoria, con Juan Mora como padrino, pero un temporal de lluvia y viento hizo que se quedara en suspenso el acontecimiento durante algo más de dos semanas. En septiembre se presentó en Logroño en San Mateo y fue el máximo triunfador de la feria. En la imagen, Paco Ojeda le concedió la alternativa en Dax.
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El diestro de Arnedo tuvo el privilegio de inaugurar con Enrique Ponce y El Juli la nueva plaza de toros de Logroño el 21 de septiembre del 2001, en una corrida que fue emitida por TVE y en la que cortó la primera oreja del flamante coso, a pesar de una tromba de agua que dejó el ruedo en un estado calamitoso. La cubierta se colocó unos meses después. A partir de esta temporada, Diego Urdiales luchó sin éxito por entrar en las ferias más importantes. Cortó una oreja en Barcelona en el 2003, mantuvo su cartel en La Rioja con triunfos en plazas como Calahorra y Logroño y toreó dos tardes en el agosto madrileño: una del Cura de Valverde en el 2002 y otra del Conde de la Maza en el 2005. En la imagen, el 21 de septiembre del 2001, en la inauguración de La Ribera
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El bautismo de sangre le llegó a Urdiales en Arnedo, cuando lo hirió de gravedad un novillo de El Pilar en 1996. El año 2001 comenzó con una fractura de codo en Astorga, lo que le impidió entrar en Madrid antes de San Isidro. Después recibió una cornada grave en Soto del Real en la pierna derecha. Al año siguiente recibió otra cornada en Miguelturra (Ciudad Real) en el muslo derecho. La última cornada de gravedad la sufrió en Soria cuando un toro de Adolfo Martín le hirió en la ingle derecha, con una profundidad de 15 centímetros. Además de cornadas, Urdiales ha sufrido un rosario de fracturas de costillas y hasta del coxis, que le partió un toro en la última corrida de la plaza de Arnedo. En la imagen, Diego se repone en su casa de una cornada en el 2001.
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