'Basura' acaba de ver la luz en la editorial Pepitas, y no lo hace con intenciones moralistas sino como una invitación a reflexionar sobre la basura como clave de nuestra civilización. Hablamos vía telefónica con su autor, que reside en París, donde es director de estudios en la Escuela Práctica de Altos Estudios.
– Dos grandes vertederos, el de Cateura (Paraguay) y Chernóbil, asoman a las primeras páginas de 'Basura'. También un vertedero, el de Gazhipur, en Nueva Delhi, fue precisamente el germen de este ensayo.
– Este ensayo tiene muchos gérmenes porque hablo de cosas que me preocupan desde hace muchísimos años. Quise insistir en el tema del vertedero de la India, que amenaza con superar las dimensiones del Taj Mahal, para subrayar hasta qué punto la basura se ha convertido en un símbolo de lo que somos. Pero insisto en que mi libro no es sobre problemas de higiene ambiental, tema del que no sé más que cualquier ciudadano.
– Vivimos en la Era de la Basura. Cuando en el futuro los arqueólogos estudien esta edad, ¿qué es lo primero que deducirán excavando entre nuestros residuos?
– Que éramos muy pobres. Hay una inmensa acumulación de materiales que muestran que la gente usaba chismes de muy escasa calidad y valor, hechos para durar muy poco.
– Dice que no vivimos en una sociedad de consumo, sino en una sociedad consumista.
– Está basado en la idea de que el consumo es algo pasivo. Es decir, producir cuesta, da trabajo, exige esfuerzo e inventiva, es la verdadera ocupación humana, mientras que todo lo que podríamos llamar consumo es algo que se hace pasivamente. Por eso hablo en el libro de la Holanda del siglo XVII, época en la que surge esa idea de que el consumo es algo pasivo y perezoso. Nos hemos vuelto una sociedad que consume muy mal, que entiende el vivir bien como un vivir pasivamente.
«Somos una sociedad que consume muy mal, que entiende el vivir bien como un vivir pasivamente»
– ¿En qué momento la basura pasó de ser algo meramente físico a ser un concepto estructurante, lo que nos lleva a hablar de contratos basura, comida basura, telebasura...?
– Es bastante reciente, de los últimos cuarenta años. Ese fue también uno de los puntos de inicio del libro, una vez que me di cuenta de cuántas cosas llevaban el adjetivo basura. De esa lista, la más antigua debe ser la 'basura blanca', que denota la conversión en desecho de una parte considerable de los seres humanos. Y es por eso que meto a los indios en el asunto, porque es a ellos a los que he escuchado identificar a los blancos con gente que tiene basura. Antes de vernos como alguien con un alto nivel de vida, una cultura refinada... nos ven como gente que tiene muchísima basura, y es por eso que para muchos de ellos repartir basura por el entorno de la casa es un signo de riqueza.
– No parece tener en muy buena estima a los ecologistas, a quienes llama 'esos pelmas'.
– Bueno... Es un artefacto retórico. Yo aprecio inmensamente a los ecologistas y me parece que cualquier propuesta política que no pase por el tema de la ecología es fundamentalmente mentirosa, porque a estas alturas ya nadie podría tragarse esa historia de que hay un destino humano desligado del destino que le des a todo lo que nos rodea. En ese sentido me considero de alguna manera ecologista. Y si hablo de los ecologistas como 'pelmas' es para ponerme en el lugar de quienes no entienden que alguien se esté ocupando del planeta cuando hay tantas personas que pasan hambre; que consideran que las ecológicas son cuestiones fuera de la Humanidad. Por otra parte, los ecologistas meten la pata al poner a la naturaleza como sujeto de toda esta historia; al decir que echando basura por todas partes estamos acabando con el planeta, y no es así. El planeta no tiene ningún problema con eso, el verdadero problemas es para nosotros.
– ¿La alternativa a la civilización del desecho es el desarrollo sostenible?
– Particularmente me parece que esto no tiene remedio, pero si lo tuviese creo que la idea de desarrollo sostenible es otro engaño. Desarrollo quiere decir que lo que entendemos como ser humano es algo incompleto que no se ha desarrollado todavía. El desarrollo infinito me parece una de las ideas más alucinantes y la economía actual está montada así; si no crece un porcentaje cada año todo nuestro sistema social se viene abajo. Sé que no es fácil cambiarlo, pero un buen asunto del que ocuparse sería cómo crear una estabilidad sostenible e incluso un decrecimiento sostenible. Empezar a gastar menos recursos naturales, producir menos, aprovechar mejor lo ya producido, trabajar menos... sin que el sistema se venga abajo. Invito a los especialistas en el asunto a que piensen sobre el tema, yo ya estoy muy viejo para eso.
«El planeta se va al carajo pero pensamos que los científicos encontrarán el modo de que sobrevivamos»
Una visión miope y hasta ciega
– COVID y basura son dos pandemias actuales, pero la primera ha conseguido parar todo para afrontarla y, en cambio, la basura, no. ¿Por qué?
– El planeta se va al carajo pero pensamos que los científicos encontrarán algún modo de que sobrevivamos a todo eso. Por otro lado, los desastres que se anuncian nos parecen muy lejanos y no tienen la fuerza concreta del COVID, que abre la posibilidad de morir uno mismo. Pero me parece un modo miope y hasta ciego ese modo de ver las cosas.
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