Comienza la programación de diciembre de la Filmoteca Rafael Azcona en modo de continuación sin perder la pista de la creadora firma del cineasta danés Lars von Trier; y el pase, a partir de las 19.30, de la película, 'Melancolía' (2011), un autocomplaciente drama ... con ínfulas sobre el apocalipsis.

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Aparcada la revolucionaria irrupción de Dogma 95 y sumido el autor de 'Rompiendo las olas' en sus personajes devastados y psiques atormentadas, abre su potencial estético/formal a una premisa, el fin del mundo, que sugiere tanto como desconcierta.

Con su anterior largometraje, el extraño y furioso, 'Anticristo' (2009), incidía y reflexionaba en el maridaje de cabreo entre el ser humano y la naturaleza. Todo a consecuencia del tormento insondable de su protagonista principal, encarnada por Charlotte Gainsbourg. La zozobra pesimista de Von Trier le empuja, en esta ocasión, al destrozo total y la desaparición de nuestro modelo de existencia.

Semejante hecatombe la materializa no sin ironía y toneladas de sarcasmo. La llegada del planeta melancolía (estado permanente del realizador) a un rato de colisionar con la Tierra es visualizado como un relato sui generis de ciencia ficción y un áspero drama familiar orbitado alrededor de la celebración de una boda.

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Después de una obertura inicial expresada al ralentí, resumen adelantado del metraje que viene a continuación, el cineasta Lars von Trier estructura su ominosa y desconcertante odisea en dos capítulos, Justine y Claire. El primero atiende a una casadera con el rostro de la actriz Kirsten Dunst (premio en Cannes) que acude a la mansión de la segunda, su hermana, con la agria faz de Charlotte Gainsbourg, a celebrar el opíparo y elitista banquete.

El fasto de la celebración es un tránsito de amargura y desesperación, de desasosiego e infelicidad, mientras el colapso se aproxima con la disputa entre los que ven el fin de la vida y los negacionistas.

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