Van un biólogo y un astrofísico...

La ciencia es una cosa muy seria... pero también puede ser muy divertida. El sentido del humor no está reñido con la física cuántica o la biología. Hasta Einstein tenía fama de ser un cachondo. Es famosa la anécdota que cuenta que en una reunión social Marilyn Monroe se cruzó con Albert Einstein, ésta le sugirió, suponemos que en broma, lo siguiente: «Qué dice profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos? ¿Se imagina un bebe con mi belleza y su inteligencia?». Einstein, suponemos que en serio, le respondió: «Desafortunadamente temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y su inteligencia». Aunque claro, era solo una hipótesis de trabajo. Según las crónicas, ambos rieron, intercambiaron alguna palabra más, y ahí quedó la fantástica proposición de Marilyn y la aguda, a la par que insolente, respuesta del gran genio. Poco importa que realmente esta conversación tuviera lugar entre la bailarina Isadora Duncan y el escritor irlandés George Bernard Shaw. Al fin y al cabo, la ciencia es ciencia, el humor es humor y las 'fake news' son las 'fake news' ahora y hace cien años.

El doctor en biotecnología Ricardo Moure, popular por su sección en el espacio 'Órbita Laika' que emite la 2 de TVE y que presenta el riojano Eduardo Sáez de Cabezón (presente en el acto), demostró que hasta lo más serio puede ser motivo de chanza.

Como divulgador científico es colaborador en varios espacios de televisión y miembro de Big Van Ciencia, un grupo de personas dedicadas a la ciencia y la investigación con el objetivo de transformar la comunicación científica en actividades atractivas para todo tipo de público.

Moure se hizo con el título de ganador de Famelab España en 2014 gracias a un monólogo sobre la venganza de la grasa cuando estamos obesos. Un argumento que también le sirvió para arrancar las risas del público logroñés en el auditorio del Ayuntamiento. Antes de entrar en materia adiposa, Moure citó a los referentes de los veinte colegas que conforman Big Van Ciencia: la ganadora de dos premios Nobel, Marie Curie («una científica 'brillante', literalmente, pionera en el campo de la radiactividad, pero escasamente preocupada por la seguridad en el trabajo») y un español «insuficientemente reconocido»: Chiquito de la Calzada.

El cántabro explicó que la existencia de los científicos es fruto de la evolución, «aunque –añadió– estamos en peligro de extinción porque nos reproducimos esporádicamente... Vamos, por esporas». Moure se preguntó incluso cómo seres supuestamente inteligentes como los humanos son capaces de crear lugares como el Museo de Cera de Madrid, la ropa para perros o el aquagym.

El invitado por Futuro en Español explicó que su profesión era la de biólogo como... «¡Ana Obregón!», contestó el público entre risas. Sabedor de que las comparaciones son odiosas, fue más allá para dejar claro que él era bioctecnólogo, «que es lo mismo que un biólogo pero con trabajo».

A partir de aquí, el monologuista-científico-payaso-conferenciante se metió en otra salsas, incluida la de las albóndigas que hacía su madre, para explicar el motivo de su obesidad, ya manifiesta en la infancia cuando sus compañeros de colegio le tildaban de algo que él ya sabía desde que se levantaba por la mañana: que estaba gordo. Desde ese momento, Moure habló a los presentes de la obesidad y sus circunstancias; o sea, que los genes influyen pero lo que comemos también, faltaría más. Que se lo digan a él que comía para merendar bocadillos de donettes... con mayonesa. Tras repasar su traumas infantiles, el público tuvo la palabra. Preguntas sobre quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos o sobre si la Vía Láctea era entera, desnatada o semidesnatada, completaron un espectáculo con mucha chicha.

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