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«El bien ya está cerca»

CRÍTICA DE TEATRO ·

Diego Marín A.

Logroño

Viernes, 19 de marzo 2021, 01:00

Escribió Lope de Vega que «creer que un cielo en un infierno cabe» es «amor, quien lo probó lo sabe». Condensar nada menos que 'El Quijote' en un monólogo de hora y cuarto es una empresa no difícil, directamente imposible, pero ciertamente Cipriano Lodosa logra hacer un digno resumen en la función 'La razón de la sinrazón', un monólogo casi en solitario, leyendo pasajes con delicadeza y presentando un personaje más cuerdo de lo que parecía.

La pieza, que ha sido representada en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, el Teatro Bretón de Logroño y, a menudo, en un local de la travesía Cabo Noval, se representó el pasado fin de semana en la Sala Gonzalo de Berceo. Este tipo de obras, como la de hoy de Ángela Palacios, dan valor a una agenda teatral local porque son proyectos trabajados, de calidad profesional y de atractivo para el público.

Sobre una escenografía sencilla, pero funcional, Cipriano Lodosa va leyendo y dramatizando extractos de la obra de Cervantes, apoyado ocasionalmente en Francisco Sagredo, que ejerce tanto de Sancho Panza como de músico, tocando la vihuela. El recorrido sobre la historia del ingenioso hidalgo es una demostración de amor sobre la propia novela, exaltando, sobre todo, las injusticias, la denuncia social, el cinismo...

Cabe destacar la interpretación del actor, Cipriano Lodosa, en quien recae, lógicamente, el 90%, si no más, de la función, en su planta escénica, su entonación y su parsimoniosa interpretación, realmente natural y creíble. Es, verdaderamente, un buen Alonso Quijano. Solo se podría citar como punto negativo el vestuario, algo insuficiente cuando podría resultar sencillo teniendo en cuenta que Sapo Producciones avala la representación. Y es que con apenas un collarín y una bacía de metal a modo de sombrero bien se consigue recrear al personaje, más con la barba real del propio actor. Sin embargo, los pantalones, el cinturón, los zapatos... contrastaban con el resto del vestuario por resultar demasiado modernos.

Por lo demás, 'La razón de la sinrazón' es un buen monólogo que funciona porque tiene una buena ejecución y está producido con gusto. Y revivir esta novela de los Siglos de Oro en boca, en carne de Cipriano Lodosa, se saborea, es didáctico, poderoso, algo bonito. Siempre hay una parte de cada actor en los personajes y ciertamente parece que Cipriano Lodosa sea El Quijote, y viceversa.

Al finalizar la función el actor, ligeramente desprendido de su papel, quiso subrayar unas líneas de la novela, al margen de la pieza teatral, ese diálogo que Alonso Quijano dedica a su compañero: «Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca».

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