Ruinas de las puertas de la aldea de Galilea donde Jesús multiplicó los panes y los peces. R.C.

Betsaida, la aldea de los milagros

Localizada ·

Tras 32 años de estudio y excavaciones, los arqueólogos sitúan en Cisjordania el lugar en el que Jesús multiplicó los panes y los peces y caminó sobre las aguas

Jueves, 3 de septiembre 2020, 00:12

Su localización no ha sido tan portentosa como los milagros que Jesús de Nazaret obró allí. Más de tres décadas de investigación y excavaciones han necesitado los arqueólogos para localizar Betsaida, la aldea de Galilea donde, según los evangelios, Jesús multiplicó los panes y los ... peces, caminó sobre las aguas y devolvió la vista a un ciego. Su emplazamiento en la ribera del río Jordán ha sido confirmado por un equipo comandado por el profesor Rami Arav, de la Universidad de Nebraska. Sitúa con certeza la bíblica aldea en el yacimiento de Et-Tell, en Cisjordania, a poco más de un kilómetro del Mar de Galilea.

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Llegó hasta allí de la mano del historiador judeorromano Flavio Josefo, quien detalló en el siglo I el emplazamiento de Betsaida, situándola en el bajo Golán, cerca del estuario del Jordán. Mencionada con reiteración en los evangelios y lugar de origen de los apóstoles Pedro, Andrés y Felipe, Jesús multiplicó allí cinco panes y dos peces para alimentar a una multitud de 5.000 personas.

Según el relato bíblico, Betsaida era accesible en barco, lo que plantea alguna duda sobre el hallazgo, algo alejado del Mar de Galilea. Pero el profesor Arav dice que la aldea pudo estar más cerca del mar en la antigüedad y que los movimientos tectónicos y cambios en los niveles de agua explicarían la variación. «El Mar de Galilea está en medio de la grieta sirioafricana y es propenso a los cambios tectónicos», explica Arav al diario británico Daily Mail. Su equipo halló además antiguos aparejos de pesca entre los vestigios del asentamiento.

La Julias romana

El diario israelí Haaretz asegura que el equipo de Arav ha ganado la carrera a otros que también buscaban la ciudad en la zona. Arav se centró en el yacimiento de Et-Tell -que significa montículo-, localizado en la ribera del Jordán. Desenterraron fortificaciones, la puerta de la ciudad, graneros y vestigios de un templo dedicado a Julia Augusta, tercera esposa del emperador Augusto. Un hallazgo que coincide con el relato de Flavio Josefo, que cuenta cómo el hijo de Herodes el Grande transformó la aldea de pescadores en una ciudad romana que bautizó como Julias, en honor de su esposa, Livia Drusila. También se halló una estela dedicada a una divinidad lunar, pieza que permite a Arav afirmar que Betsaida fue en la Edad de Hierro la capital del reino bíblico de Geshur.

El evangelio de Mateo recoge uno de los lamentos de Jesús sobre la aldea: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza». Se supone que Jesús habría maldicho a la aldea afirmando que era peor que Sodoma, la pecaminosa ciudad destruida por Dios en el Antiguo Testamento. Pero Betsaida no tuvo un final tan calamitoso. Abandonada en el siglo IV, el tiempo y la erosión hicieron que todos sus edificios se desmoronaran hasta quedar enterrados.

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