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Creador incansable, provocador, enérgico y profundo conocedor de la historia del Arte, Georg Baselitz (Deutschbaselitz, 1938) es una figura fundamental del arte de nuestro tiempo. El Museo Würth La Rioja nos acerca la obra el artista alemán en su nueva exposición, de la que se podrá disfrutar en su museo del polígono El Sequero durante casi un año, hasta febrero de 2025.
La muestra reúne 41 obras –grabados, pinturas y esculturas– procedentes de los fondos de la Colección Würth, desde lo más reciente hasta grabados de finales de los años 50, cuando todavía era un estudiante en la Academia de Bellas Artes de Berlín. Y aunque no se ajusta a una retrospectiva como tal, porque no están representados todos sus periodos artísticos, sí permite entender la importancia de Georg Baselitz en la historia reciente del arte y los asuntos que han determinado su trabajo, como la reinterpretación de la historia del Arte o la historia de su propio país.
Sus primeros años transcurrieron entre el miedo y la escasez de la Segunda Guerra Mundial, y los ensordecedores ruidos de los bombardeos figuran entre sus más antiguos recuerdos. Tras la contienda, su región, Sajonia, quedó bajo el dominio soviético.
Luego, en Berlín Este, como estudiante de Arte fue aleccionado en el realismo socialista, sobre el que se mostró reacio y fue expulsado por «inmadurez sociopolítica». En 1958, tres años antes de que se levantara el muro de Berlín, se instaló en el sector Oeste y posteriormente se cambió de nombre. Georg Kern se convirtió en Georg Baselitz, nombre de la ciudad que le vio nacer.
En la exposición que acaba de inaugurar el Museo Würth la obra de Baselitz más alejada en el tiempo es una serie de grabados que se remontan a los años 1959-1961. La más reciente, y con la que se abre el recorrido, son dos bronces dorados al fuego de 2020: 'La pierna de Willem' y 'Península de Lucio', así como el óleo con barniz dorado 'Kele Sume' (2019) de su actual serie sobre el cuerpo y un homenaje a su esposa y musa, Elke, con quien comparte 62 años de matrimonio.
En la misma sala se expone una de las 'joyas' de la muestra, el autorretrato 'Máscara de gas cubista I' (2007), óleo que remite a la historia del Arte a través de Otto Dix y en el que, con un guiño humorístico, el autor infiltra la cara de su perro.
'Remix' y pinturas invertidas
A partir de 1966 Georg Baselitz crea una obra trascendental en su trayectoria, la serie conocida como 'Héroes y Pinturas fracturadas', enfrentándose con el presente y pasado alemán a través de personajes imaginarios inspirados en los soldados que tras la II Guerra Mundial permanecieron destinados en su localidad. Y a ellos volverá en 2005 en su serie 'Remix', revisando su propio pasado. Obras de ambos momentos coinciden en una de las salas del Würth.
Avanzando en el recorrido, el espectador topa con otro momento clave en la trayectoria del artista, las pinturas invertidas, el rasgo más distintivo y popular de su trabajo, que coinciden con el comienzo de su reconocimiento. Las aplica en el retrato y el paisaje, y el Würth da muestra de ello en obras como 'Vuelta a la escuela' (2005), 'Muchachos III' (1998) o 'Chica al revés II' (1987). Según palabras del propio autor, «lo que me interesa es quitarle el suelo al espectador. Quiero quitarle al cuadro la base de realidad que podría tener».
Desde mediados de la década de los 70, siendo ya un artista de gran reconocimiento internacional, George Baselitz aborda los desnudos y forma su colección de arte africano, una de las más importantes del mundo e inspiración para su posterior obra escultórica, en la que se embarca ya en los años 80, primero sobre madera y luego con fundidos en bronce intervenidos con óleo. De madera es la cabeza expuesta en el Würth La Rioja y que forma parte de su importante serie dedicada a las 'Mujeres de Dresde'; de bronce, dos piezas monumentales con el título 'Popular cosa Cero' (2009) y 'Donna Via Venezia' (2004-06). En la misma línea que las pinturas, sus esculturas son toscas, grandes, invasivas, provocadoras y potentes.
Próximo al art brut
A sus 86 años, Georg Baselitz continúa haciendo arte y, si bien se le considera un neoexpresionista figurativo, él dice sentirse más cercano del art brut. Su trabajo es provocador y enérgico; irreverente en la forma, culto en las referencias, magistral en la ejecución y refinado en lo intelectual. Pero, sobre todo, es la plasmación de la pasión por la pintura como disciplina y de la reflexión, transversal en su obra, sobre el significado de la representación de la realidad en el arte.
La exposición 'Georg Baselitz. Obras en la colección Würth' se inauguró el pasado viernes en el Museo Würth La Rioja, acto que contó con la presencia de María Würth, nieta del empresario y coleccionista Reinhold Würth.
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