La Barranca es una poesía cargada de futuro

«Es un hermoso libro con un título inspirado en el famoso poema de Celaya 'La poesía es un arma cargada de futuro'», ha explicado esta mañana al presentarlo Jesús Vicente Aguirre, miembro de La Barranca e investigador que ha documentado casi la totalidad de las víctimas de la represión en La Rioja: «Es lo que pensamos, que La Barranca es un arma pacífica para recordar y dignificar».

La idea del libro, como han recordado también sus compañeros Paco Marín y Jesús Cámara, nace de la colaboración con otras asociaciones memorialistas, en concreto con la de Navarra, «para hacer un homenaje a los cuarenta años de La Barranca. »Seguimos visibilizando La Barranca como lugar de encuentro, de dignificación y de paz«, han dicho.

Colaboran en el libro: Adrián Pérez Castillo, Alberto Vidal, Andrea Uña, Antonio Pérez Sicilia, Augusto Olarte, Begoña Abad de la Parte, Carmen Beltrán, David Merino Navajas, Desiderio C. Morga, Enrique Cabezón, Esther Novalgos, Fabiola, Francis Quintana, Honorio Cadarso, Iosu Moracho Cortés, Jesús Vicente Aguirre, Jonás Sainz, José Manuel Calzada, Joseba Eceolaza, Julia Baigorri, Koldo Pla, Lourdes Cacho Escudero, Luis Alfonso Iglesias, Manuel Pérez Pardal, María Antonia San Felipe, Marisa Martínez Rioja, Máximo Sicilia, Miguel Correas, Noemí Calvo Melón, Paco Marín, Ricardo Romanos, Roberto Herreros, Rosa Laso, Sagrario Manrique y Sonia San Román.

Este viernes ellos mismos leerán sus poemas en el Ateneo Riojano. Algunos de ellos ya lo hicieron en La Barranca el pasado 12 de septiembre, en un acto del festival poético Agosto Clandestino recordando las fechas de 1936 en que se comenzó a asesinar allí: «Tratamos de recordar, con palabras ahora, lo que fueron las primeras balas en este lugar», señaló entonces Jesús Vicente Aguirre: «Entre el 18 de julio y el 15 de diciembre de 1936 unos dos mil riojanos fueron asesinados por otros riojanos organizados como falangistas y requetés, con la colaboración de la guardia civil y el beneplácito y aquiescencia del ejército rebelde, que tras el fracaso de su golpe militar contra la República provocó una guerra civil que duraría tres años».

Ahora la poesía intenta ser bálsamo de aquel sufrimiento. Como escribe en el prólogo del libro Ernesto Muro, profesor y escritor, miembro de La Barranca: «Jorge Semprún cuenta que durante los eternos recuentos en Buchenwald recitaba interiormente poemas que conocía de memoria, y que, mientras lo hacía, se aislaba de tal manera que se sentía libre (...). En el cuarenta aniversario de la inauguración de La Barranca asisitimos esperanzados al nacimiento de este libro. Un libro de memoria, pero también, y así lo expresa el título de claras referencias celayescas, un libro lleno de esperanza y, por supuesto, cargado de futuro».