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Barón Rojo se despidió a lo grande en la sala Entreviñas de Aldeanueva de Ebro con un concierto de más de dos horas y media en el que ofreció un repertorio de veintiséis temas.
En la primera parte mezclaron himnos clásicos con otras composiciones de ... la segunda época del grupo y a continuación la banda se centró en sus grandes éxitos. El recinto colgó el cartel de entradas agotadas, con seiscientoscincuenta asistentes.
Fue una noche triste, porque significó el adiós a una banda que ha marcado la historia del heavy metal en este país, pero también de gratos recuerdos, emociones contenidas y brazos en alto.
Las voces de los hermanos Carlos y Armando de Castro estuvieron acompañadas por seiscientas cincuenta gargantas que entonaron las letras de temas como 'Larga vida al rock and roll', 'Caso perdido', 'Breakthoven', 'Incomunicación', 'Con botas sucias', 'Concierto para ellos', 'Resistiré' o 'Hijos de Caín', por citar algunos.
Las guitarras intensas de Armando y Carlos con una base contundente y compenetrada, con Rafa Díaz a la batería y José Luis Morán al bajo, hicieron las delicias de los presentes. Con 'Satánico plan (volumen brutal)' se produjo la anécdota de la noche al quedarse sin sonido los altavoces del público pero se solucionó durante la interpretación.
Los cuatro músicos salieron del escenario tras 'Los rockeros van al infierno' y regresaron para terminar a lo grande, ataviados con gorros y gafas de aviadores de la Primera Guerra Mundial con 'Barón Rojo' que enlazaron con 'Son como hormigas' antes de entonar 'Siempre estás allí' que puso fin a un concierto único, de la gira de despedida y cuarenta aniversario. ¡Larga vida al Barón!
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