La banda sonora urbana de Alfaro
HÉKATE Y RANDALL ·
Hékate, desde mediados de los 80, y Randall, desde principios de los 90, dejaron huella en el rock riojanoHÉKATE Y RANDALL ·
Hékate, desde mediados de los 80, y Randall, desde principios de los 90, dejaron huella en el rock riojanoEn la cuenta atrás a las fiestas de Alfaro, si hojeáramos programas de finales de los 80 y principios de los 90 nos toparíamos con dos nombres habituales: Hékate y Randall, las dos bandas de rock emblemáticas de la ciudad que podías encontrar en ... cualquier plaza. Hoy, los gustos han cambiado y las sesiones de pinchadiscos salpican el programa. Eso sí, cuando suenen alguno de sus himnos en algún bar, seguro que todos corearán de principio a fin sus letras.
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La música se convierte en banda sonora de generaciones. Hékate y Randall la han puesto a varias de alfareños, quedando en la memoria también de muchos riojabajeños y amantes del rock de todo el país. Y sentando bases de cómo ser una banda de rock para las que vinieron después.
Corría 1985 y, entre clase y clase en el instituto, los hermanos Arturo y Rubén Bermejo, Alberto Pérez y Carlos Catalán imaginaban un grupo. Aprendieron que Hékate era la diosa griega capaz del bien y del mal. Tenían nombre. Pronto canciones, hechas con su día a día, sus vivencias, en las calles. Debutaron el 13 de abril en Rincón de Soto. En un tiempo en el que el rock sonaba por todos los rincones, con mucha gente siguiéndoles, ofrecieron cuarenta conciertos ese primer año.
Con los ensayos, afianzaron formación: Rubén a la guitarra y voz, Alberto 'el Bala' a la guitarra, Arturo al bajo y Carlos a la batería. Se recorrieron toda la Ribera, las provincias vecinas, compartiendo escenario con grandes bandas. Con un gran puñado de canciones, plasmaron seis en los estudios Arion de Pamplona (1990) en una maqueta que ha quedado para la historia de Alfaro.
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En 1989, unos jóvenes que les seguían y les veían ensayar, Susi Gonzalo a la voz y guitarra, Carlos Revilla al bajo y voz, Dani Fernández a la guitarra y Antonio Pérez a la batería creaban Randall. Convertían sus historias en canciones, tocaban, hacían muchos kilómetros por las comunidades vecinas. Con anhelo, como Hékate, de grabar algún día un disco, facturaron seis temas en octubre de 1992 en una maqueta en los estudios Kiko's de Zaragoza. Sus mil copias se agotaron en un mes. En su presentación, el 3 de marzo de 1993, reventaron la discoteca Crepúsculo con más de un millar de fans coreándoles.
El trabajo, el día a día, la mili, la ausencia de más oportunidades... fueron diluyéndolos. Hékate daban su último concierto en otoño de 1994 con Asfalto en la Crepúsculo. Aunque duraron un par de años más, Randall también frenaron su actividad.
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Tres lustros después, la petición de sus seguidores se cumplió: ambas formaciones se reunieron de nuevo el 13 de junio de 2010 para un concierto solidario a favor de Haití. Repitieron ese noviembre en el décimo aniversario del festival Alfaro'ck, llenando el frontón en el que tanto habían tocado décadas antes.
Hoy varios aún siguen en la música, encontrando en ensayos y conciertos de distintos proyectos. Por ejemplo, Alberto como luthier, Susi y Antonio en la Orquesta Cíclope o Dani, como profesor y guitarra al servicio de la voz flamenca de Carlos Pérez.
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