La pequeña muestra que la Filmoteca Rafael Azcona dedica al reciente cine europeo se detiene en una áspera producción austriaca, 'Great Freedom' (2021), de Sebastian Meise, que se podrá ver a partir de las 19.30. Una película admirable por su rasposa textura artística que ... viene refrendada por su colección de galardones, destacando el premio del jurado en la sección 'Una cierta mirada' en el festival de Cannes, los premios a mejor película y mejor actor (Franz Rugowski) en Sevilla y su reconocimiento a la fotografía y música en los premios del cine europeo.

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Los personajes de Meise son emocionales y atormentados y se caracterizan por la búsqueda de cariño y vínculos afectivos. Prueba de ello es 'Still life' (2011), su primera y admirable película cuya extensión, dramático/intimismo, se prolonga en 'Great Freedom'.

Su argumento narra las entradas y salidas de una cárcel de Alemania del Este de un homosexual, Hans Hoffman (Rogowski), repetidamente castigado por el artículo 175 del código penal por su pervertida conducta contra natura. La secuencia inicial, ubicada en unos urinarios públicos, de atmósfera decadente y turbiedad expresiva, vemos al protagonista actuando de chapero y definiendo su proscrita identidad sexual.

Este prólogo turbio, realista, en clave documental, sitúa la acción en 1968, punto de inicio de un inteligente guion, muy bien elaborado, cuya narración se salta la linealidad para estructurar la acción en tres épocas diferentes, manteniendo la unidad de espacio, situar a Hans en períodos diversos, 1945 y 1957, e ilustrar su atribulada y dramática condición de homosexual.

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El salto temporal más agreste es el que acontece tras la II GM en el que se nos dice que los homosexuales liberados de los campos de concentración fueron a parar de manera inmediata a chirona. Aunque la ironía final, a la que alude el título, 'Great freedom', es de los mejores finales que se han visto en una película.

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