
Al volante con Tintín
Mulhouse-Schlumpf ·
El museo del automóvil más prestigioso del mundo expone algunos de los coches que acompañaron al famoso personaje de HergéSecciones
Servicios
Destacamos
Mulhouse-Schlumpf ·
El museo del automóvil más prestigioso del mundo expone algunos de los coches que acompañaron al famoso personaje de HergéAbraham de Amézaga
Sábado, 5 de abril 2025, 20:47
Françoise Sagan, la autora de 'Buenos días, tristeza', adoraba la velocidad, que, sin embargo, no la llevaría a la tumba, sino una embolia. También Isadora ... Duncan, conocida por sus largos pañuelos y por el fatal accidente que le provocó la muerte al enroscarse uno de sus fulares en una de las ruedas del descapotable en el que viajaba. A Albert Camus lo fulminó un siniestro en la carretera, pero sobrevivieron sus obras. Como las de Tintín, otro apasionado del volante.
Aunque es un personaje de ficción, creado por Georges Remi (1907-1983), más conocido como Hergé, sus aventuras, de las que se han llegado a vender 250 millones de ejemplares en todo el mundo, han acompañado a varias generaciones y han sido traducidas a 120 idiomas. El dibujante belga, su padre espiritual, fue un gran amante de los coches, incluyéndolos en los libros donde el joven reportero de mecha rubia, que recorrerá el planeta junto a su foxterrier Milú, es el protagonista. Veinticuatro álbumes de la saga que se extienden a lo largo de medio siglo, desde 'Tintín en el país de los soviets' (1929), hasta 'Tintín y los Pícaros' (1976). En prácticamente ninguno de ellos faltan los vehículos de cuatro ruedas.
Adaptada al cine la saga de uno de los personajes de cómic más famosos del siglo XX con 'Las aventuras de Tintín' (2011) a cargo de Steven Spielberg, a la televisión y el teatro, ha sido también tema de importantes exposiciones. Y en los últimos años se han lanzado al mercado en talla reducida algunos de los coches que aparecían en sus aventuras. El personaje también ha dado para escribir libros, pero nunca hasta ahora se había organizado una muestra que indagara en la presencia automovilística en los cómics de Tintín.
La propuesta, que hará las delicias de los millones de incondicionales del famoso reportero, ya es una realidad en Francia, en el Museo Nacional del Automóvil de Mulhouse-Schlumpf, donde podrá disfrutarse hasta el 11 de noviembre. «Contamos con la colección de automóviles más grande del mundo, con más de 600 ejemplares y entre ellos más de cuatrocientos expuestos. Ahora, además, tenemos esta muestra temporal dedicada a Tintín y los coches», explica a este periódico Guillaume Casser, director del museo, que presenta doce modelos en talla real, así como decenas en miniatura.
Empezando por la primera de sus aventuras, 'Tintín en el país de los soviets', los coches tienen protagonismo en casi todas ellas. De hecho, se cuenta que el propio Hergé tenía varios modelos en talla real, que incluiría en los álbumes sobre el intrépido reportero. En el libro consagrado a su periplo por el Congo le vemos al volante de un Ford T; en 'Los cigarros del faraón', un Lincoln Torpedo Grand Sport, mientras que en 'El cetro de Ottokar' figura un Opel Olympia. Y así, hasta un centenar.
Dibujados con todo lujo de detalles, en algunos de los casos son parte esencial en el desarrollo de las historias y su intriga, donde aventura, sátira y crítica social son algunos de los ingredientes. O dicho de otro modo, los coches serán elementos narrativos destacados que ayudarán al lector a sentir la historia más verosímil. Tintín al volante o de pasajero, para perseguir al enemigo o huir de situaciones complicadas… y a veces hasta víctima de accidentes, de los que siempre sale vivo. Berlinas, descapotables, limusinas…, de origen europeo, así como de Estados Unidos. «En sus cómics, figuran más de un centenar, muchos de ellos americanos», recuerda Gasser.
En el museo de Mulhouse se pueden admirar desde ayer el Citroën 2 CV de 'El asunto Tornasol de los gemelos Dupond y Dupont' -Hernández y Fernández en la versión española-, la pareja de detectives que, más que solucionar misterios, los complicaba. También el Ford T, de 'Tintín en el Congo', o toda una joya, el Bugatti type 35 de Bobby Smiles, de 'Tintín en América'. Al hilo de esta última firma automovilística, la de mayor prestigio y cotización para los coleccionistas, el centro francés cuenta con la mayor colección del mundo, compuesta por más de 120 modelos, sobre todo antiguos, a partir de finales de los años diez del pasado siglo, lo que le otorga igualmente el título oficioso de museo Bugatti. «La reina de la corona vendría a ser el Bugatti Royale Coupé Napoleón. Solo se produjeron seis ejemplares y nosotros contamos con uno de ellos, el que perteneció al fundador de la firma; el modelo más logrado», explica orgulloso su director.
Y todo, o en su mayoría, gracias a los hermanos Giovanni y Federico Schlumpf, de origen suizo, que hicieron fortuna en el terreno textil y fueron grandes amantes del motor. A finales de los años 50, darían inicio a su selecta colección, adquiriendo el 90% de los modelos que se exponen en el museo que lleva su nombre, y que ocupa más de 25.000 metros cuadrados, reuniendo un centenar de marcas. Es, además, uno de los lugares favoritos de personalidades como el príncipe Alberto de Mónaco, que el pasado año prestó una veintena de modelos de su colección particular de coches para que fueran expuestos allí.
El color, las imágenes y los objetos tienen un enorme protagonismo en la exposición dedicada a Tintín, donde además de coches de tamaño real y en miniatura, se reúnen documentos, catálogos, folletos publicitarios, fotografías, dibujos… muchos de ellos provenientes de la fundación Hergé, y por supuesto álbumes, lo que seduce tanto a los amantes del motor como a los de la saga del joven aventurero que tiene como misión desentrañar misterios. Los decorados tampoco faltan, ayudando en la experiencia inmersiva, que nos lleva a mares abiertos, los campos de Moulisart y su castillo, así como a otros parajes del mundo que recorriera Tintín.
En cada etapa, los coches relacionados con el personaje se presentan en su contexto narrativo, enriquecidos con documentos procedentes de los archivos de la Fundación Hergé: bocetos documentales, hojas para colorear, tintas, croquis, revistas, catálogos, folletos publicitarios, fotografías, maquetas y prototipos de vehículos. Tres temas por tanto conviven en la muestra: patrimonio automovilístico, arte y, sí, literatura, aunque para algunos el cómic sea la 'hermana pobre' de esta última disciplina.
Si bien la exposición, en la que sus impulsores han trabajado dos años, destaca la relación de Tintín y el mundo del automóvil, hay un apartado consagrado a los estudios de Hergé, a partir de los años 50, y a los artistas grandes especialistas en coches que colaboraron con él a la hora de representar los modelos. «Cuando yo muera, Tintín morirá conmigo». Éste fue el deseo de Georges Remi, quien cuenta con museo en la localidad de Louvain-la-Neuve desde hace tres lustros. Un producto nacido en Bélgica, como sus chocolates y gofres, que continúa deleitándonos, pasando a ser patrimonio de todos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La segunda temporada de Memento Mori se estrenará este mes de abril
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.