'Visiones expandidas' ilustra la vertiente de la fotografía como juego y experimentación

Mediada la centuria pasada, una nueva generación apostó sin concesiones por experimentaciones visuales que dinamitaban las diferentes disciplinas artísticas, ya fueran pintura, escultura o cine, pero también performance. Esa innovación perdura hasta hoy gracias a numerosos artistas que impugnaron la naturaleza de las imágenes y su papel en el mundo. Ahora, fruto de la revolución impulsada por las tecnologías digitales, trasladan la fotografía experimental a horizontes creativos inéditos.

La muestra reúne 172 obras de un centenar artistas de épocas y movimientos muy diversos, como Man Ray, László Moholy-Nagy, Dora Maar, Wolfgang Tillmans, Liz Deschenes, Maurice Tabard, Roger Parry, Sara Cwynar o Paolo Gioli. «El espíritu de invención, el juego infantil, está en la practica de todos los fotógrafos. Usan el medio con total libertad», aduce Julie Jones, comisaria de la muestra. La visión se podrá visitar hasta el marzo de 2023, para luego desplazarse a Barcelona.

La nómina de artistas es variopinta y torrencial. No podía ser de otro modo tratándose del Pompidou, dueño de una de las mejores colecciones de fotografía del mundo. Entre los representados están Pol Bury y Ellen Carey, además de Jeff Guess, Vera Lutter, Bruce Conner, Christian Schad, James Welling, Raoul Ubac, Ilit Azoulay, William Klein, Raymond Hains, Olafur Eliasson, Harold Eugene Edgerton, Lisa Oppenheim, André Breton, Barbara Kruger, Rudolf Steiner y Brassaï, entre muchos otros.

Los creadores proceden de ámbitos muy diferentes, tales como el arte, la ciencia, el diseño gráfico, la arquitectura, la poesía, la ilustración, la astronomía y la escritura. A la vista de la dificultad de poner lindes a las múltiples disciplinas, Julie Jones considera al fotógrafo experimental como un «inventor». Lo hace al hilo de una cita del artista y diseñador Gérard Ifert, al que el Pompidou dedicó parte de una exposición sobre las relaciones entre la fotografía abstracta y el diseño gráfico.

'Visiones Expandidas' prescinde del itinerario cronológico con el fin de identificar afinidades y analogías entre distintas épocas y movimientos; y sobre todo, reseñar el «carácter experimental del medio fotográfico desde sus orígenes», según la experta.

La exposición empieza con el ámbito «Luz» como principio de la experimentación fotográfica. Muchos artistas de comienzos del siglo XX la utilizaron para crear nuevos lenguajes. Para László Moholy-Nagy, gran teórico del arte moderno y hombre fascinado por la revolución artística que supuso la flamante disciplina, la investigación de la luz dio lugar a un nuevo alfabeto visual adaptado a un entorno cambiante. Las instantáneas de Man Ray, que sistematizó el uso del fotograma y confirió a la técnica un valor artístico, tienen un lugar destacado en la muestra. En este espacio se puede ver un ejemplo de fotografía «futurista» de Tato, paladín del futurismo italiano de los años veinte.

El «Movimiento», nombre del segundo espacio, alude al deslumbramiento que sintieron muchos fotógrafos experimentales al representar visualmente esa sensación. Unas cámaras fotográficas más manejables y unas emulsiones cada vez más sensibles permitieron tanto a los vanguardistas como a los aficionados experimentar con el movimiento. Además de la transgresora imagen de la marquesa Luisa Casati, de Man Ray, en este ámbito sobresale la rítmica e inquietante serie '15 minutos por la noche al ritmo de la respiración, 1, 2, 3', de la fotógrafa y escritora francocanadiense Alix Cléo Roubaud.

El tercer ámbito, «Alteraciones», ilustra que la fotografía resulta un medio muy maleable. Los artistas emplean todo tipo de instrumentos para conseguir efectos infinitos tanto a través de la fotografía analógica (por su base química) como de la digital. El uso del color en la fotografía también se considera desde sus inicios una forma de subversión por su capacidad de difuminar la frontera entre este medio y la pintura.

Con el cuarto espacio, «La visión a prueba», la exhibición indaga en las múltiples posibilidades de ampliar el alcance del ojo humano a través de técnicas como el microscopio, que permite grabar lo infinitamente pequeño y descubrir mundos inaccesibles a primera vista; la radiografía, el telescopio, las panorámicas y tomas de 360 º y los infrarrojos, por ejemplo. Destacan en este sentido las imágenes lumínicas de Georges Guilpin, Étienne Léopold Trouvelot y Alexandre Vitkine, las imágenes a caballo entre el 'body art' y el 'land art' de Dennis Oppenheim, la performatividad de Steven Pippin, las Iluminaciones de Ian Paterson, los negativos recuperados y tratados de Lisa Oppenheim, la gestualidad de Rudolf Steiner y las imágenes del fotógrafo alemán contemporáneo Thomas Ruff.

No faltan en la exposición algunas curiosidades históricas, como una de las primeras fotos hechas con dron, cuando todavía era un aparato de uso exclusivamente militar.

El área «Anatomías» explora uno de los temas favoritos de los fotógrafos experimentales, el cuerpo humano. Desde los orígenes de la fotografía hasta hoy, el cuerpo se ha concebido como una materia prima flexible, un terreno que admite todas las proyecciones y se presta de manera especial a expresar la complejidad de las identidades. Llaman la atención la erótica de Lucien Lorelle, el surrealismo del periodo de entreguerras de Raoul Ubac o el diálogo que entablan Man Ray y Nathan Lerner. Del ilustrador, realizador y fotógrafo francés Jean-Paul Goude se verán reconstrucciones de instantáneas de la primera modelo negra de alta costura, Mounia Orosemane, así como de Grace Jones, su mujer, a la que considera su musa.