'Jesús entre los doctores'. Durero (1506), con un ser grotesco y demoníaco. M. Thyssen

El Thyssen oculto

Una nueva mirada ·

La pinacoteca madrileña muestra hasta el 24 de septiembre una selección de obras de sus colecciones con guiños esotéricos o espiritistas

Hay un Thyssen oculto. Hace un año, el historiador del arte Guillermo Solana se adentró en él. Exploró con otros ojos los fondos del museo y halló guiños astrológicos, espiritistas, alquímicos, teosóficos, parapsicológicos… Mensajes que estuvieron siempre ahí, pero desapercibidos para la mayoría. El resultado ... de su búsqueda puede disfrutarse hasta el 24 de septiembre en una muestra que va del Renacimiento al siglo XX. «Son 59 obras, pero podían ser cien. Hallé muchas más referencias de las que imaginé», explica el director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza y comisario de la exposición.

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'Lo oculto en las colecciones del Thyssen-Bornemisza' es una muestra insólita. La historia de las prácticas y creencias paranormales discurre paralela a la de la religión y a veces confluyen. Pero hasta hace poco era ignorada por los expertos. «Lo oculto recorre la historia del arte y todos los géneros. Pero hasta los años 80 la relación entre el arte y ocultismo se consideró un tema incómodo, cuando no sospechoso», dice Solana. Se podía ser experto en pintura religiosa sin que se diera por supuesto que se profesaban esas creencias, pero un halo de credulidad y de excentricidad rodeaba a quien se acercaba con la misma mirada a lo paranormal.

La ruptura de un tabú

A principios del siglo XX, el historiador alemán Aby Warburg estudió la astrología en la pintura renacentista. En 1970, el finlandés Sixten Ringbom hizo lo propio con el espiritismo en la obra de Kandinsky. Pero fueron casos aislados. Según Solana, todo cambió en 1986 con 'The spiritual in art: abstract painting 1890-1985', muestra organizada por Maurice Tuchman en Los Ángeles. Tras ella varios centros han revisado sus fondos y organizado exposiciones sobre arte y esoterismo «y ofrecen nuevas miradas sobre sus colecciones».

El Metropolitan de Nueva York acogió en 2005 'The perfect medium. Photography and the occult', muestra trasladada a un libro por la Universidad de Yale. El año pasado el Guggenheim de Venecia acogió 'Surrealism and magic: enchanted modernity', y en 2021 el Instituto de Arte de Minneapolis montó 'Supernatural America. The paranormal in american art'.

'Retrato del Dr. Haustein' (1928). Obra de Ch. Schad con la sombra su amante. M. Thyssen

El aperturismo académico anglosajón al estudio de lo paranormal no se queda en el arte ni es accidental. Es en EEUU donde nacen o se afianzan la mayoría de las mitologías contemporáneas, el espiritismo a la ufología y la parapsicología, «con los experimentos de Joseph Rhine en la Universidad de Duke en los años 30 del siglo pasado», apunta Solana. El ocultismo moderno no se entiende al margen de los descubrimientos científicos de los últimos dos siglos y sin la ciencia ficción, género que reflexiona sobre las consecuencias de la exploración de otras realidades y del avance del conocimiento y de la tecnología.

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Por las salas del Thyssen deambulan este verano espectros como los creados con trucos fotográficos por Munch. En el centro de su óleo 'Atardecer' (1888), la figura borrada de su hermana Inger, visible gracias a la radiografía, flota como un fantasma junto a Laura, la otra hermana de Munch, sentada mirando al horizonte. Cerca cuelga 'La muerte acechando a su familia' (1927), pintura de Tanguy que debe su título a una sesión espiritista citada por el Nobel de medicina Charles Richet en su 'Tratado de metapsíquica' (1922), que era como entonces se llamaba a la parapsicología.

«Plantear hipótesis»

La exposición del Thyssen se ordena en seis secciones: alquimia, astrología, demonología, espiritismo, teosofía, chamanismo y sueños, oráculos y premoniciones. Hay mensajes evidentes, como la carta astral del 'Retrato de Matthäus Schwarz' (1542) de Cristoph Amberger y el hada de 'El espíritu de la noche' (1879) de John Atkinson Grimshaw. Otros más sutiles, como el fondo rocoso alquímico del 'San Juan Evangelista en Patmos' (1470-75) de Cosmè Tura. «Me bastó encontrar una fuente -un artículo o una referencia en un libro- que permitiera establecer una hipotética relación de una obra de arte con lo oculto para ofrecérsela al espectador», indica Solana. No ha querido «demostrar nada», sino solo «plantear hipótesis».

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«Lo oculto recorre toda la historia del arte, todos los géneros», dice Guillermo Solana, director del museo

Quiso dedicar una sección a la heterodoxia cristiana, pero fracasó. Optó por la demonología, «que es más obvia», con obras como el 'Jesús entre los doctores' (1506) de Alberto Durero, donde hay un ser grotesco y demoniaco.

«Los surrealistas estaban obsesionados por todo lo que trascendiera la vida cotidiana». Obras de esa corriente copan la sección dedicada a sueños, oráculos y premoniciones, con piezas como el 'Retrato del Dr. Haustein' (1928) de Christian Schad con la amenazadora y premonitoria sombra de la amante del médico.

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Rubens, Munch, Dalí, O'Keefe, Hans Holbein el Viejo, Picasso y Mondrian, entre otros, firman obras a las que ahora es posible acercarse de modo diferente. «Es una exposición para ver de otra manera en la que hay algo que ver y mucho que leer», concluye Solana.

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