Un satírico mirón entre caprichos y el disparates

El Roto confronta en el Prado su punzante visión del mundo con la de un Goya «radicalmente contemporáneo»

Lunes, 25 de noviembre 2019, 12:56

Son hermanos. La fraternidad entre Goya y El Roto es evidente para críticos, conservadores de arte y profanos. La ácidas viñetas del Andrés Rábago (Madrid, 1947), hoy El Roto, antes Ops, tienen mucho que ver con los punzantes grabados y dibujos del genio de ... Fuendetodos. Queda bien patente en la muestra 'No se puede mirar' que el Museo del Prado acoge hasta febrero, confrontando las viñetas del asombrado y satírico mirón que es El Roto con caprichos, disparates y demás genialidades goyescas. Son 36 «puñetazos a nuestra conciencia» realizados específicamente para mostrarse coincidiendo con la exposición de 'Dibujos de Goya. Solo la voluntad me sobra'.

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Pintor además de viñetista, El Roto comparte con Goya su visión descarnada, ácida y crítica de la realidad. Tomó la obra «radicalmente contemporánea» del pintor aragonés como punto de partida para unas aguadas que demuestran «la inmutabilidad de la estupidez humana». Una colección de vitriólicas viñetas recogidas en el libro 'No se puede mirar (y otras estampas)' (Reservoir Books), que funciona como catálogo de la muestra de la que es comisario José Manuel Matilla, jefe de conservación de dibujos y estampas del Prado.

La exposición nace del encargo que El Roto recibió hace dos años para realizar una serie de dibujos relacionados con la bicentenaria pinacoteca. Durante meses recorrió las salas «con la intención de tomar apuntes e ideas de aquellos cuadros en los que me pareciera entrever alguna intencionalidad crítica, satírica o humorística», explica el dibujante. Cuando estaba a punto de cerrar su cuaderno y las visitas semanales, «di con las salas de Goya y de nuevo me vi envuelto en el torbellino de su ya antiguo y poderoso influjo».

Sucumbió «a la intensa fuerza gravitacional del rico y directo lenguaje plástico de Goya» y «a su complejo mecanismo imaginativo»

«Me amoldé a su forma de trabajar y a su lenguaje trasmitiendo lo mucho que tiene de vigencia», dice Rábago, que durante varios meses más sucumbió «a la intensa fuerza gravitacional del rico y directo lenguaje plástico de Goya» y «a su complejo mecanismo imaginativo». Luego puso en claro el material acumulado «de forma algo confusa» y armó una exposición «que pretende ser un modesto y sentido homenaje a aquel admirable y generoso investigador del alma humana».

Cree Rábago que la «sátira siempre tiene vigencia» y que si Goya estuviera hoy entre nosotros «publicaría sus dibujos en algún medio». «Fue capaz de mirar lo que no queremos ver. De ahí el título, tomado de un dibujo de Goya, porque miramos, pero no vemos lo que pasa», explica. «Los medios nos ciegan con exceso de imágenes, lo real parece ficticio y viceversa», asegura el dibujante.

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Insiste en la modernidad de un Goya capaz de percibir y denunciar la violencia contra la mujer, que también El Roto critica en sus viñetas. «Utilizo el lenguaje de Goya y lo traslado a nuestros días. Es de una extraordinaria vigencia. Está en nuestro ADN y nuestro inconsciente colectivo» insiste El Roto. Ha utilizado por primera vez la muy goyesca técnica de la aguada para sus estampas, que «son más satíricas y acaso menos humorísticas que las de Goya».

Humor negro y drama

Las viñetas de El Roto «son patadas a nuestra conciencia», según Matilla. Hay una combinación de humor, la mayoría de las veces negro, con un intenso dramatismo, de modo que nada nos deja indiferentes» apunta. «A una primera sonrisa le sigue una sensación de malestar que necesariamente provoca un apóstrofe, similar a muchos de los que figuran junto a sus dibujos, como también sucede con Goya», precisa el conservador y comisario.

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En ambos creadores hay «temas íntimamente ligados al comportamiento y la condición del ser humano, sobre todo a sus miserias, al que critican –¡nos critican!– sin conmiseración», apunta Matilla, gran conocedor de la obra de Goya, que alude a asuntos como «el miedo, el dolor y el sufrimiento».

«Si hoy la búsqueda de diálogos entre los artistas del pasado y el presente es un tema recurrente en el ámbito de los museos, nada mejor que comprobar lo fructífero de este planteamiento al mirar y leer estos dibujos de El Roto, a medio camino entre el capricho y el disparate. Y a buen entendedor, sobran las palabras», concluye Matilla.

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Ficha

  • Qué: No se puede mirar

  • Dónde: Museo del Prado. Claustro de los Jerónimos

  • Cuándo: del 26 de noviembre al 16 de febrero de 2020

  • Cuánto: Entrada general 15 euros. Gratis de lunes a sábado, de 18.00 a 20.00, y domingos y festivos de 17.00 a 19.00 horas.

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