Del 'negro de Banyoles' a los frisos del Partenón, otras polémicas coloniales

España entregó en 2016 a Ecuador 129 piezas de arte colonial y precolombino que se encontraban en el Museo de América. Una parte importante (74 objetos) procedía de la colección del conde de Urquijo, embajador de España entre 1954 y 1967, y el resto de una incautación policial de valiosas piezas precolombinas.

La mitad de los frisos del Partenón, las esculturas de mármol que decoraban el gran templo en homenaje a Atenea de la Acrópolis, se encuentran en el Museo Británico desde el siglo XIX y Grecia reclama su devolución desde hace décadas. Sin éxito. Reino Unido se ha negado siempre a devolver los mármoles a Atenas.

Los llamados 'Bronces de Benín', miles de piezas no todas hechas de bronce diseminadas en museos de todo el mundo, siempre aparecen cuando se habla de los saqueos de arte antiguo en el África negra. En 2021, Francia devolvió a Benín 26 de estas piezas que exhibía en el museo etnológico del Quai Branly, en París.

El popular arqueólogo y ex ministro egipcio de Antigüedades Zahi Hawass inició hace años una campaña para recuperar la famosa piedra Rosetta (clave para descifrar los jeroglíficos egipcios) que se halla en el Museo Británico, y el no menos célebre busto de Nefertiti, la joya del Neues Museum de Berlín.

Países Bajos decidió el pasado mes de julio    devolver a Indonesia y Sri Lanka 478 objetos saqueados durante el colonialismo, que acabaron en el Rijksmuseum de Ámsterdam, entre otros museos. Las piezas incluyen un cañón decorado en oro, plata y bronce e incrustaciones de rubíes, y el tesoro indonesio de Lombok.

El San José es un navío español hundido por piratas ingleses en aguas colombianas en 1708 y que podría guardar en su interior un patrimonio de 20.000 millones de dólares en monedas de oro, lingotes de plata y oro y joyas. España reclama la titularidad del pecio y Colombia, que ha anunciado que iniciará su exploración esta primavera, que sea tratado como un patrimonio arqueológico compartido por ambos Estados. Dado que parte de las riquezas que llevaba el galeón salieron de las minas de Potosí, los indígenas bolivianos también han reclamado su parte del cargamento.