Juan Marín

Ibarrola, el hombre que dejó una cicatriz en El Espolón

El escultor vasco, fallecido este viernes a los 93 años, deja dos huellas en Logroño y San Asensio

Pablo Álvarez

Logroño

Viernes, 17 de noviembre 2023, 11:28

Agustín Ibarrola, el escultor vasco fallecido este viernes a los 93 años, ha dejado una huella en Logroño. O dos huellas, sería mejor decir. La primera, en febrero de 2007, fue un masivo monumento a la vendimia en la muy vinícola San Asensio. Un ... racimo monumental, reinterpretado pero de fácil digestión, que fue acogido sin mayor problema desde el inicio.

Publicidad

No puede decirse lo mismo de la otra huella, de la que este año se han cumplido 15 años. El monumento a las víctimas del terrorismo de El Espolón, un masivo plano quebrado e inclinado colocado frente al palacete de Gobierno, fue inaugurado en junio de 2008. Y tuvo su contestación tanto en el plano meramente ciudadano como en sectores de la cultura capitalina.

Ibarrola, con su escultura de San Asensio Gasco

La polémica no era la obra en sí, en general respetada como hija de un artista igual de respetado, sino el lugar por el que se optó para su localización. Elegido por el propio artista, habría que recordar, que realizó la obra en función de ese espacio y esa orientación.

El propio Ibarrola se defendía de las críticas del día de la inauguración de la escultura, el 6 de junio de 2008. «Las obras de arte de verdad son difíciles de entender«, decía entonces. En el caso de la suya, defendía el escultor que no podía estar en otro lugar «porque nació aquí». «Fui viendo todo lo que era posible a partir de este lugar y no de otra parte de El Espolón o de la ciudad».

La polémica no fue a más. En un raro ejercicio de unanimidad, tanto gobierno como oposición municipal cerraron filas con Ibarrola y con su obra, y la ratificaron en su lugar

El tiempo, como siempre ocurre en estas cosas, ha venido a hacer olvidar polémicas y a restar aristas. Queda el monumento a las víctimas, escenario incontestado de homenajes durante estos quince años, como testigo de una realidad afortunadamente pasada, que no olvidada.

Publicidad

Era probablemente Ibarrola el mas indicado para ese objetivo: uno de los pocos intelectuales vascos que se significaron alto y claro en contra del terrorismo, cuando hacerlo era, más que una postura política, un acto de valentía personal. De ese horror nos queda la herida del recuerdo, y el recuerdo que debe ser siempre presente de las víctimas del terrorismo etarra.

Esa herida, al menos en Logroño, está siempre presente gracias a Agustín Ibarrola.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad