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J. M. L.
Toledo
Jueves, 21 de septiembre 2023, 11:26
«Un cuadro que desaparece es como un cadáver arrojado al mar, que la orilla lo devuelve». Así se expresa el abogado Javier Gallego, experto en Derecho del Arte y tasador de antigüedades a quien un hombre, del que no quiere revelar su identidad, ha ... encargado una complicada y apasionante investigación: dar con el paradero del retrato de medio cuerpo del rey Fernando VII que el Ayuntamiento de Talavera de la Reina (Toledo) encargó a Francisco de Goya (Fuendetodos, 1746 – Burdeos, 1828) en 1808.
El rey posó sólo dos veces durante 40 minutos, tiempo suficiente para el genio de Goya. El cuadro fue entregado a este ayuntamiento, que lo exhibió durante un tiempo en sus casas consistoriales, pero un día –no se sabe cuándo- desapareció y en su lugar se colocó otro de las mismas dimensiones –un metro de largo por 80 centímetros de ancho-, de la misma composición y con el mismo personaje: Fernando VII. El problema es que ya no era de Goya sino del pintor valenciano Vicente López Portaña, «amigo de Goya pero menos virtuoso y de menor calidad artística». Esta obra de Vicente López es la que actualmente cuelga de la pared junto al despacho de la alcaldía.
Un «cambiazo» artístico que este abogado está tratando de desenmarañar con el fin de dar con el cuadro y devolvérselo al Ayuntamiento de Talavera de la Reina, que sería el legítimo propietario, y no el particular anónimo que ha encargado la investigación y que «ha decidido dedicar su dinero a esta causa de forma desinteresada porque es un amante del arte y de la historia».
El Archivo Municipal de Talavera de la Reina aún conserva los documentos del encargo, recepción y pago de la obra con la mismísima firma de Goya. En este último queda reflejado que el artista recibió 3.476 reales que, al cambio de hoy, equivaldrían a unos 30.000 euros. También se conserva el acta de recepción de la obra que un mulero se encargó de trasladar de Madrid a Talavera de la Reina con la mediación de una sociedad de transportes propiedad de los suegros de Goya.
«Goya era el artista más cotizado de la época, era el pintor del rey y había pintado a los personajes más importantes de España, por lo que el Ayuntamiento de Talavera no quería ser menos ya que era capital de una comarca rica y contaba con la Real Fábrica de Seda, Oro y Plata», explica Javier Gallego, que no se atreve a aventurar dónde puede encontrarse el lienzo si es que no ha sido destruido con el paso de los años, algo que este abogado descarta: «En la historia reciente de España ha habido tres momentos históricos que han sido nefastos para las colecciones de arte: la Guerra de la Independencia, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, en la que espías nazis fueron enviados a varios países en busca de obras de arte para adquirirlas o saquearlas». En este sentido, incluso sería posible que los rusos se lo hubieran arrebatado a las nazis y que el retrato de Fernando VII que ahora se busca se encontrara en Rusia.
Pero la desaparición de este Goya no es el único en la historia de Talavera de la Reina. El artista aragonés pintó a la esposa e hija de un rico mercader riojano vinculado a la Real Fábrica de Seda –Salvador Anselmo Barruso de Ybarreta- que residían en esta ciudad toledana. Los dos cuadros aparecieron en los años 50 del siglo pasado en Londres y hace meses fueron subastados en la casa Christie´s de Nueva York por 15 millones de euros. Javier Gallego calcula que el valor económico del retrato de Fernando VII desaparecido podría rondar esa misma cantidad en otra subasta. En cualquier caso –aclara-, el lienzo «no puede venderse porque forma parte del Patrimonio Nacional y su legítimo propietario es el Ayuntamiento de Talavera de la Reina».
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