Secciones
Servicios
Destacamos
La burbuja de los NFT pincha. Y lo hace con estrépito. Tras dispararse su popularidad y su cotización en los últimos años, se esfuma el interés por los 'No Fungible Token' (NFT), arte en archivos digitales blindados. Hace un lustro este innovador formato prometía revolucionar ... el mercado del arte digital y cambiar para siempre las reglas de juego. Pero hoy su valor como inversión se ha desplomado. Tanto, que el 33% de los compradores de NFT «no sabe qué hacer con ellos», según el Informe de Arte Online 2023 de Hiscox, consultora especializada en arte.
La caída de su valor cuestiona la viabilidad y futuro de los NFT, ya que según el informe, el 36% de los poseedores de obras de este formato confiesan su intención de vender parte de sus colecciones y un 6% dice que las donaría para causas benéficas. Por contra, el 43% de los compradores estaría dispuesto a conservar sus piezas digitales «para su disfrute personal». Un 28% querría «exponerlas en el metaverso» y el 19% hacerlo «en un museo o galería física».
Hablamos de piezas virtuales, sin la materialidad de una pintura o una escultura, por las que se pagaron cifras de escalofrío. Se identifican mediante un archivo digital inviolable e inimitable, un enlace que genera un contrato digital blindado con la tecnología 'blockchain' propia de las criptomonedas, que garantiza a su comprador la autenticidad y la propiedad de una obra digital original, única e imposible de falsificar que se puede comprar y vender como cualquier otra.
Si el bitcoin fue la respuesta digital a las divisas, los NFT hicieron lo propio con el valioso arte tangible. Como las criptomonedas, el registro de poseedores de NFT está en un libro de contabilidad compartido y albergado en miles de computadoras por todo el mundo. Los NFT también pueden contener «contratos inteligentes» que aporten beneficios al artista ante futuras ventas del 'token' o «vale digital».
En 2022 su mercado sufrió una brutal caída de más del 90%. Fue a raíz del desplome de algunas criptomonedas como Luna o FTX. OpenSea, la mayor plataforma de ventas de NFT, pasó de vender 3.000 millones de euros en septiembre de 2021 a 350 millones en septiembre de 2022. Según el informe, solo el 12% de los compradores adquirirán un NFT en 2023, lo que supone 15 puntos menos que el año anterior. Como con cualquier burbuja, unos cuantos espabilados han hecho fortuna y otros menos sagaces perdieron hasta la camisa.
El principal motivo que despertó el interés por los NFT fue su potencial como inversión. Pero el porcentaje de compradores que confía en su capacidad de generar beneficios ha caído del 82% de 2022 al 66% en 2023. Se incrementa, por contra, la proporción de compradores que los adquieren por su impacto social y por mecenazgo, que sube del 39% de 2021 al 54% en 2022. También el de quienes creen que poseer un NFT denota «pertenecer a una comunidad de mente abierta», que pasa del 38% al 44%.
El creciente desinterés por este tipo de arte digital y el desplome de sus ventas evidencia el estallido de la burbuja de los NFT y aviva el debate sobre su legitimidad como nueva forma de arte. Según el informe, el 39% de los compradores de arte considera este mercado como «una burbuja especulativa» y la mitad (50%) «no ve valor artístico en los NFT». De hecho, el 59% no está interesado en este formato y prefiere el arte en su formato físico tradicional.
Con todo, si se pregunta por las razones para comprar NFT, un 37% afirma que lo haría «con una mayor regulación en el mercado». Un 29% apela a la confianza y dice que adquiriría NFT «si la compraventa se pareciese más a la de los 'e-commerce' más tradicionales». Otro 28% asegura que adquiriría NFTs «si los artistas tradicionales hicieran obras en este formato».
El hito más señalado del mercado ahora en caída libre se estableció en marzo de 2021 con el récord de Beeple, seudónimo del artista digital estadounidense Mike Winkelmann, que en la primera subasta de NFT organizada por Christie's colocó su macro collage 'Everydays: los primeros 5.000 días' por casi 60 millones de euros. Se conforma con 5.000 teselas digitales -muchas de ellas, vídeos o 'gifs' en movimiento- y con su venta Beeple se convirtió en el tercer artista vivo más cotizado del mundo, tras David Hockney y Damien Hirst.
En septiembre de 2021 Sotheby's marcó otro jalón al vender por casi 21 millones de euros la serie 'Bored Ape Yacht Club', un 'lote' de 101 «monos aburridos», con gafas de sol y estrafalarios sombreros en infinitas variaciones. El estudio Yuga Labs generó 10.000 «digitomonos» y al adquirir uno se compraba tanto el primate como la entrada a un selecto club con contenidos y eventos virtuales para su propietario.
El fundador de Twitter, Jack Dorsey, vendió su primer tuit en la red por 2,5 millones de euros. En las redes, espacios como Instagram, Facebook o YouTube, se revelaron como espacios de promoción y venta de arte y se crearon plataformas especializadas como Nifty Gateway, MakersPlace, OpenSea y galerías virtuales como Decentraland o Cryptovoxels. Las grandes firmas del sector se adaptaron a estos canales y Christie's retransmitió por Instagram una subasta de NFT seguida por un millón de personas.
«Vemos cómo el mercado de los NFT ha menguado en los últimos 12 meses ante el aumento de la cautela de los inversores por el comportamiento de las criptomonedas a partir del desplome de algunas. El informe constata la tendencia del sector y podemos dibujar un mapa útil de los retos del mercado de los NFT y del arte 'online' en general», concluye Eva Peribáñez, directora de la división de Arte y Clientes Privados de Hiscox España.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.