La grandeza del arte contemporáneo es que obliga al espectador a cambiar su mirada, a enfrentarse a cosas nunca antes vistas y que son de difícil interpretación, lo que convierte al asistente a un museo en el protagonista soberano de su experiencia. Lo malo es ... que, a fuerza de enfrentarse a piezas de complejo abordaje, se corre el peligro de salir con la mirada al bies.
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Piet Mondrian, pintor neerlandés que se caracterizó por sus composiciones rectangulares en rojo, amarillo y negro, separadas por gruesas rectas, ha sufrido una broma de mal gusto, aunque el malentendido es elocuente sobre las dislocaciones que provoca el arte más rabiosamente vanguardista. Después de varias décadas, ahora se ha descubierto que un cuadro del artista, colgado en el museo de arte contemporáneo Kunstsammlung Nordhrein Westfalen, en la ciudad de Düsseldorf, al oeste de Alemania, está al revés.
La pieza, bautizada como 'New York City 1', fue pintada en 1941 y colocada de forma errónea: fue girada 180 grados en algún momento tras la muerte del maestro. Sea como fuere, a nadie le apetece a estas alturas enmendar el yerro, con lo que la obra permanecerá así, cabeza abajo, unas cuantas décadas, a no ser que un heredero de Mondrian o un especialista convenzan a los responsables de lo contrario. Al fin y al cabo, en todos los catálogos sale el cuadro patas arriba y hasta ahora nadie se ha quejado.
Susanne Meyer-Büser, comisaria de la exposición 'Mondrian. Evolution', es quien se ha dado cuenta del fallo. Durante la inauguración de la muestra, la experta explicó que una foto de 1944 muestra el taller de Mondrian poco después de su muerte. En la imagen se advierte que en el cuadro, que aún permanece sobre el caballete, las franjas más próximas entre sí se hallan en la parte superior del lienzo, en vez de figurar en la parte inferior.
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Otro hecho viene a cimentar la idea de que el cuadro fue puesto con mal tino. Una pintura al oleo que se exhibe en el Centro Pompidou, muy similar a la obra en cuestión, presenta las franjas menos espaciadas en la parte de arriba. Por si aún cupiera alguna duda, Meyer-Büser ofrece una prueba más. La especialista indagó en la forma en que están adheridas las cintas adhesivas que configuran la obra. La comisaria concluye que Mondrian las pegó de arriba abajo, de modo que las del espacio superior están colocadas con más precisión, mientras que las de la banda inferior se encuentran cortadas de modo irregular.
Así que 75 años después se puede decir que, por arte de magia, hemos estado viendo el mundo de Mondrian volcado. El pionero de la abstracción geométrica batalló por encontrar la estructura básica de universo, y nosotros, en un santiamén, hacemos trizas el universo volteándolo. Mondrian se removería en su tumba.
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Aunque quizá se le podría decir que por el mismo precio tenemos dos cuadros, uno al derecho y otro al revés.
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