Polémica parodia sobre la Virgen del Rocío en TV3. L. R.
Iglesia

A mis amigos periodistas catalanes

Domingo, 16 de abril 2023, 02:00

Algunos de ellos, muy pocos, de nuestra antigua promoción en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Navarra.

Publicidad

Ya jubilados, ellos y yo, después de más de medio siglo de trabajo en favor de una buena información, los traigo a mi memoria y mi ... columna por lo sucedido estos días en Barcelona, respecto a la Virgen del Rocío.

Hace unos tres años, el diario La Vanguardia, en el que trabajaron varios de ellos, ofreció a sus lectores un reportaje espléndido sobre la romería del Rocío y los cientos de miles de peregrinos que, desde todos los puntos de la geografía andaluza, española e internacional, caminaban cada año hacia la aldea del Rocío, en Almonte, Huelva, para cantar rezar y piropear con cariño y gracia andaluza a su virgen, y llamarla 'La Sin Pecado' y 'guapa, guapa y guapa'.

No puedo por menos que recordar que Andalucía es la más poblada de las comunidades autónomas españolas, con más de ocho millones y medio de personas que tienen en su cabeza y en su corazón a la Virgen del Rocío. Cada cual a su manera y a su estilo.

¿Cómo puede haber alguien que, en su sano juicio, busque las cosquillas a ocho millones de individuos, muchos de ellos contribuyentes, sin venir a cuento de nada y con el morboso intento de fastidiar, por cierto, sin gracia alguna?

Publicidad

Yo he tenido el gozo de visitar dos veces el santuario del Rocío y lo que he visto me ha emocionado: muchos jóvenes piropeando a la virgen tras de la verja, muchos rezando en silencio en los bancos y muchos –en dos filas enormes– esperando la confesión, ¡un día de labor!

Relacionar Andalucía con el Rocío es algo tan natural como conectar la Virgen de Montserrat (cariñosamente llamada 'La Moreneta') con Cataluña, la segunda comunidad autónoma española por cómputo de población total.

Publicidad

Durante la guerra bien llamada de la Independencia, las tropas francesas del hoy 'admirado Napoleón', invadieron buena parte de España y profanaron, entre otros muchos, el monasterio de Montserrat. Para evitar el ultraje o destrucción de 'La Moreneta' los cristianos catalanes la trasladaron a la catedral de Barcelona, donde se custodió con amor durante un siglo.

¿Verdad que sería algo indigno mofarse de la Virgen de Montserrat, ofendiendo los sentimientos de 7.710.136 catalanes, que serán lo que sean, pero que tienen derecho a manifestar sus sentimientos por su virgen, como nos pasa a todos los demás?

Publicidad

Sin embargo, entiendo que no es tanto una cuestión del número de personas ofendidas, o de andaluces o catalanes, o de cristianos, judíos, budistas, musulmanes o confucionistas; ni siquiera de quién incita al odio social y quién lo padece.

«No es tanto una cuestión de catalanes o andaluces sino algo de pésimo gusto»

Es fundamentalmente una cuestión de pésimo gusto, falta de elegancia, ausencia de habilidades sociales y precario nivel intelectual (el necesario para debatir con conocimiento, sin imponer ni ofender).

Publicidad

Se podrían poner mil ejemplos de humor satírico pero refinado, gentil, gracioso y original. Basten dos: el de las chirigotas de Cádiz o las fallas de Valencia.

Lo que suena o 'parece' feo, abusivo, soez o perverso, 'es' feo, injusto, soez y vil. Y retrata a su autor/es.

He dedicado esta columna a mis amigos periodistas catalanes en La Vanguardia, y ahora quiero recordar precisamente a un grupo de TV3 a los que tuve la oportunidad de conocer y tratar con ocasión del nombramiento de Juan José Omella como arzobispo de Barcelona, hasta entonces obispo de nuestra diócesis riojana. Debo decir –porque es verdad– que fue un honor trabajar con aquel puñado de hombres y mujeres, excelentes profesionales y con exquisito sentido común. Mi saludo desde aquí.

Noticia Patrocinada

Supongo que también ellos estarán contrariados con lo sucedido estos días con la pantomima que algunos compañeros suyos se han sacado de la manga, de la manera más arbitraria y ofensiva posible.

Aquello de 'sostenella, y no enmendalla' quedó para los tiempos de la Venganza de don Mendo o del Quijote. Hoy es algo viejo, rancio y carca. ¿De acuerdo?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad