Alopecia femenina, un problema cada vez más frecuente

Los episodios de caída del cabello, que casi todas las mujeres han sufrido en algún momento de su vida, pueden llegar a ocasionar ansiedad y trastornos psicológicos, además de una alteración estética. La alta frecuencia de este proceso ha propiciado la aparición de reclamos publicitarios, prometiendo resultados milagrosos, que desembocan en la decepción y la pérdida de dinero. Por ello, para un diagnóstico y un tratamiento correctos, se hace imprescindible acudir al dermatólogo.

También cada vez vemos más caída de pelo en adolescentes, niñas de 14, 15 y 16 años, muchas veces por dietas insuficientes, por imitar a las modelos, cambios hormonales, predisposición genética, estrés, etc.

La causa más frecuente de caída de cabello en la mujer es la alopecia androgenética, es decir, la pérdida de pelo por causa hormonal. Este tipo de alopecia es generada por la actuación de los andrógenos en el folículo piloso.

Esta sustancia ejerce un efecto de miniaturización progresiva del folículo piloso (el pelo se hace más fino), una disminución de cabello en la zona central de la cabeza y un progresivo acortamiento de la fase de crecimiento o fase anagénica. Mientras que el ciclo del pelo (desde que nace hasta que se cae) de una persona normal comprende cinco años, el ciclo del pelo de una persona con este tipo de alopecia dura alrededor de tres. También influye la predisposición genética.

Junto a las ya mencionadas, es también frecuente encontrar otras causas asociadas al origen de la alopecia. Situaciones de tensión emocional, estrés intenso, enfermedades agudas, o embarazo, pueden provocar un tipo de caída conocida como efluvio telógeno.

En este proceso se produce la caída de gran cantidad de pelo en un corto periodo de tiempo, pocos meses después de la causa iniciadora. Alteraciones metabólicas y nutricionales suelen estar también presentes, por lo que se deben realizar estudios analíticos con el fin de detectarlas. Es necesario practicar un estudio tiroideo, hemograma, con el fin de descartar anemias y/o déficits nutricionales, estudio del hierro, bioquímica sanguínea, iones en sangre. En cualquier caso el tratamiento debe abarcar todas las posibles alteraciones detectadas y abordarse de una forma global.

En los últimos años estamos viendo, y cada vez más, caída de cabello en la zona frontal en mujeres generalmente menopáusicas, con ansiedad, depresión, etc, es decir, con Alopecia Frontal Fibrosante. A la hora de la solución, el sentido común nos orienta a la consulta del dermatólogo, que estudiará cada caso, con su historia clínica, exploración, pruebas complementarias, etc, para estudiar la causa, realizar el diagnóstico e instaurar el tratamiento.

Tópicamente el Minoxidil al 2 ó al 5%, es la sustancia más empleada, ya que no sólo alarga la fase anagena, sino que activa los folículos que están en reposo y transforma el vello en pelo «terminal». A veces al Minoxidil le añadimos otras sustancias, en fórmula magistral, personalizando más el tratamiento.

Otros tratamientos por vía oral como los anticonceptivos con acción antiandrogena, producen una mejoría de los síntomas en muchos pacientes. Existen otros fármacos y tratamientos que realizamos en consulta pero será el dermatólogo el que decidirá en cada caso.

¿Qué se puede hacer para prevenir la caída de cabello?

1.- Dieta sana, equilibrada y suficiente

2.- Cuidado correcto del cabello. No se aconseja el uso de los secadores a alta potencia, no colocarlos pegados al pelo para secar el pelo más rápido, es mejor usarlos a cierta distancia, cuidado con abusar de las planchas, rizadores, etc. Uso correcto de los cosméticos del pelo.

3.- Evitar los productos milagro

4- Si nota aumento en la caída del cabello, picor, descamación, etc, en el cuero cabelludo acuda al dermatólogo.