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Los arquetipos de una sociedad en decadencia son retratados por el artista visual Alexander Apóstol (Venezuela, 1969) en la serie 'Régimen. Dramatis personae', una de sus obras más explícitas en cuanto a denuncia política y social. Siendo la identidad y la denuncia al totalitarismo dos ... de los ejes principales de su trabajo, ambas se encuentran con equilibrio en estas fotografías bitono que abren la retrospectiva 'Postura y geometría en la era de la autocracia tropical', inaugurada en el Museo Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M), en Móstoles, Madrid.
En una selección realizada por el comisario Manuel Segade –72 piezas de las 100 que la conforman en su totalidad– se encuentran los rostros de 'La profesional desempleada', 'El empresario a dos aguas', 'El intelectual opositor', 'El demócrata soberbio', 'La amante' o 'La oligarca patriótica', que abren al público una lectura que puede ir más allá de la realidad que inspira al artista, la venezolana. Junto a 'El caudillo' o 'El líder extranjero', que remiten directamente a la política latinoamericana, se halla una denuncia que toca las puertas europeas, como los retratos de 'La turista ideológica', 'El refugiado que suda fronteras' o 'El empleado siempre dependiente de la administración pública'.
«Quería representar una nomenclatura del poder», explica el artista, cuya obra forma parte de las colecciones de museos como el Guggenheim de Nueva York o el Centro Pompidou de París. «Expongo pequeñas historias y trazo conexiones entre ellas». Este entretejido se refuerza con los «guiños» que hizo Apóstol con sus modelos, a los que asignó personajes conectados entre ellos. Con Madrid como sede de trabajo, para esta serie realizada en 2018 fijó su estudio en Caracas, donde vistió y maquilló a sus modelos, activistas de una organización LGTB. Durante la producción, la inteligencia chavista visitó en su casa a la encargada del vestuario, cuenta Apóstol. «Alguien la había denunciado por almacenar máscaras y uniformes militares. Ella había guardado aquello en otra parte, así que no encontraron nada».
La muestra reúne varios de los trabajos más representativos de Apóstol, como 'Yamaikaleter' (2009) o 'Avenida Libertador' (2006), con la que estuvo en el Reina Sofía. Pero se centra sobre todo en la obra reciente, como 'Partidos políticos desaparecidos', fruto de una investigación del artista por las cuatro décadas de historia democrática de Venezuela y la simbología electoral.
El icono que aparecía para cada partido en las papeletas de votación lo reconvierte en una pintura abstracta, que fotografía y luego destruye. «Así la fotografía tiene un carácter documental», mantiene el autor. No obstante, en esta exposición se propone una lectura cruzada con otra de sus series más conocidas, 'Ensayando la postura nacional' de 2010, donde sus modelos reproducen las posiciones de la obra de un pintor manierista de la época de la dictadura de mitad del siglo pasado, Pedro Centeno Vallenilla, en la que forzaba la colocación del cuerpo humano. «En esa pintura veo la tensión racial no resuelta, que la dictadura de Chávez mezcló con el militarismo. Con ese fondo mutuo, ambos trabajos coinciden también en tener un punto de inicio común, la obra ajena del pintor en un caso, y del diseñador gráfico anónimo, en otro».
La obra de Apóstol, de fuerte carga política y metafórica, parte de la realidad de su país natal, pero su discurso encierra un mensaje universal. «Las bondades con las que se afianza la democracia, cuando se transforman en exceso, aniquilan al sistema».
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