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Mi madre quería que fuese médico». «Mi padre quería que fuese arquitecta». «Mira, mamá, soy artista». Estos son algunos de los mensajes que se pueden leer en la exposición '¿Arte o basura?' de Libertad Pertierra en la bodega hotel Finca de los Arandinos de Entrena, ... una muestra protagonizada, sobre todo, por la crítica y la reflexión.
Esta es la segunda de la serie de exposiciones que los artistas del colectivo Espacio Común, que trabajan en la Cooperativa de Frutos del Campo 'Nuestra Señora de Villavieja' de Nalda, van a realizar en Finca de los Arandinos. Anteriormente abrió esta colaboración Zorromono con 'Suave como una espina'. Ahora la logroñesa Libertad Pertierra, licenciada en Bellas Artes, profesora en la UPL y artista multidisciplinar que realiza diseño de moda y piezas de cerámica, recoge el testigo y propone en '¿Arte o basura?', una clara y mordaz crítica a la concepción del arte que parece tener parte de lamento y de denuncia.
Como en la pizarra en la que Pertierra ha realizado un croquis estadístico del valor de una obra, muy superior cuando el artista es hombre o muere frente al de una mujer, o de los motivos de adquisición, en los que, por encima de la calidad técnica o estética, priman a menudo la fama del artista o banalidades como que «combina con el sofá». «Ha llegado el momento de pararse un momento a reflexionar sobre la alarmante mercantilización que sufre el mundo del arte», advierte Libertad Pertierra en la presentación de la muestra, heredera del concepto antiartístico del dadaísmo. «Pretende ser un llamamiento a la insumisión y a la importancia de tener un pensamiento crítico», añade la artista, con el deseo de provocar una reacción o escandalizar.
Tal vez no tanto como escandalizar, pero sí abre un debate. ¿Por qué lo que hace Libertad Pertierra, fruto de su concepción artística, de su pensamiento crítico y de su formación, no vale lo mismo que lo que hace Banksy o Jasper Johns? No solo hay un motivo, la respuesta no puede ser breve. '¿Arte o basura?' consta de diez piezas elaboradas con maderas, metales y cristales hallados por azar en contenedores de basura de Logroño y posteriormente intervenidos artísticamente con mensajes, tomando como referentes la obra de Jenny Holzer, Richie Curver y Alexa Agienko.
La exposición es, a la vez, una llamada de atención, algo conceptual. Como cuando en 2003 el colectivo Mike Nedo colgó en el Guggenheim una obra falsa para mostrar que cualquier cosa puede considerarse arte si se difunde de forma adecuada. En Logroño, en 2011 se cortó un trozo de muro con un supuesto grafiti de Banksy que, en realidad, era obra de unos artistas locales para reflexionar sobre la delgada línea entre vandalismo y arte urbano. En 2015, en el Museo Bolzano de Milán, una empleada tiró a la basura una obra hecha con botellas y desperdicios.
La propia Libertad Pertierra afirma que en 2022 leyó en una casa 'okupa' el lema «¿Arte o basura?» y fue el detonante de esta exposición. ¿El arte es arte porque lo toca un artista reconocido por la mayoría como tal? ¿Por qué vale más la concepción artística de un artista consagrado por encima del de un artista emergente? ¿Impera la ley de la oferta y la demanda, como en cualquier otro producto? «Esta instalación pretende ser un grito de guerra contra el sistema artístico y para construir un pensamiento crítico independiente, tanto política como socialmente», concluye Libertad Pertierra.
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