PEDRO LUIS GÓMEZ
Martes, 16 de mayo 2017, 19:48
Antonio Banderas se retira del proyecto del proyecto cultural Astoria de Málaga. El actor, que acaba de finalizar un importante rodaje en Sevilla, y ya ha vuelto a su residencia de Londres, ha decidido no seguir adelante en un plan de primera importancia para la ... ciudad en la que había depositado su habitual y contagioso entusiasmo. Muy dolido por las críticas recibidas desde la oposición municipal, que como afirma «ni siquiera conocen el tema, ni siquiera se habían dignado a contactar conmigo para hablar de ello», ha optado por dar un paso atrás que explica en una carta a la que ha tenido acceso SUR y que reproducimos en su integridad. «No quiero convertirme en un segundo Moneo en Málaga», sentencia en su misiva como contundente andanada a sus reflexiones y explicaciones del por qué de su decisión.
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Antonio Banderas comunicó ayer al arquitecto José Seguí y a los máximos responsables de la empresa Starlite su decisión de abandonar el proyecto cultural y teatral del conjunto Astoria-Victoria, que había ganado el concurso de idea son vinculante en su momento y que fue objeto de descalificaciones por parte de Málaga Ahora e IU-Málaga para la Gente en el último pleno del Ayuntamiento de Málaga. Igualmente, el actor considera que ha faltado también un apoyo rotundo y sin fisuras por quienes podían hacerlo para que «algo tan importante como esto saliera adelante».
La polémica surgida tras ganar el proyecto de ideas del Astoria, las descalificaciones, incluso personales, de los concejales Ysabel Torralbo y Eduardo Zorrilla, y la tibieza de Ciudadanos han sido los elementos determinantes que han hecho que Banderas adopte tan radical decisión, que comunicó ayer mismo a José Seguí, Sandra García Sanjuán e Ignacio Marluquer, compañeros de viaje en una historia de la que siempre ha hablado «con la boca llena de orgullo y de ilusión», como señalaba Miguel Gallego, amigo personal del actor y una autoridad en el mundo del teatro. Para Seguí, «Banderas era el gran punto de enganche de un proyecto que iba a ser referencia internacional. Sin su presencia, la verdad es que no sé qué voy a hacer, si voy o no a seguir en el asunto». Esta reflexión la hacía el arquitecto malagueño a unos amigos hace unos días. Ahora no quiere hablar. Seguí remite a la carta que ha realizado Antonio Banderas, pero su estado de voz lo delataba: la decepción ha podido también con su ilusión. Abandona.
El proyecto era tan ambicioso como único: no hay en Europa otra cosa igual. Dos teatros, talleres escénicos, seminarios de formación, cursos de dirección, platós de TV, becas para estudiantes malagueños, espacios para jazz, música y danza, zonas de ocio con restauración a cargo de las escuelas de hostelería malagueñas, y sobre todo, la presencia periódica de una importante autoridad del mundo del cine y del teatro fruto de los 40 años de relaciones y amistades que el actor malagueño ha cosechado en Hollywood.
Pero ni se ha podido poner la primera piedra. Banderas no renuncia a su tierra, para nada, pero sí al proyecto que más le ilusionaba y que, según había confesado, le obligaría a venirse a vivir a su casa malagueña de aquí a dos años, su gran ilusión. «Si algo tengo con seguridad es una intuición a prueba de bomba, y creo que ahora mismo no existe ambiente en Málaga para desarrollarlo, y no quiero dejarme la piel para gestionar un problema que creo que no parará ni siquiera si nos dan la concesión», ha comentado Antonio Banderas, quien en su carta (página 3) demuestra el tremendo apego que tiene a su tierra y la decepción que todo este tema le ha producido.
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