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Á. S.
Sábado, 6 de mayo 2017, 00:26
Madrid. Concebidas como ágora para el intercambio de opiniones, las redes sociales se han convertido en muchos casos en un vertedero donde aparece lo peor de los seres humanos. Tan irrespirable se ha vuelto el clima que muchos usuarios deciden abandonarlas, hartos de insultos, acosos, linchamientos o peticiones de boicot. El escritor Juan Soto Ivars, autor de 'Ajedrez para un detective novato', 'Siberia' y 'Un abuelo rojo y otro abuelo facha', analiza el lado oscuro del nuevo mundo virtual en 'Arden las redes' (Debate).
«Vivimos en una época de 'poscensura'. Ya no es una censura vertical, como en tiempos de Franco. Ahora es horizontal, es la autocensura de muchas personas que deciden callar sus opiniones para que no les acarreen acusaciones injustas o ventajistas», afirma el autor, que ha sufrido en sus propias carnes la ira de las redes por no querer encuadrarse ideológicamente en un grupo determinado.
«Aguantar tantos insultos me ayudó a reflexionar sobre la polarización de la sociedad», dice Soto Ivars, que denuncia una 'etiquetamanía', la tendencia a catalogar a las personas para convertirlas en enemigos y asegura que «las redes sociales han destruido el debate público».
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