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Álvaro Soto
Lunes, 24 de abril 2017, 21:46
La naturaleza imita al arte, menos en 'El grito' de Edvard Munch, donde el arte ha imitado a la naturaleza. Así por lo menos lo creen varios científicos noruegos, que explicaron este lunes, durante un congreso de geociencia en Viena, que el cielo sangriento del ... famoso cuadro no es únicamente la expresión de la angustia vital del pintor, sino también el reflejo realista de un tipo de nubes nacaradas que solo se dan en las latitudes escandinavas.
Los investigadores han cotejado los diarios de Munch (1963-1944) y la meteorología en la ciudad de Oslo (llamada Christiania hasta 1925) durante las mismas fechas y han llegado a la conclusión de que el artista tuvo que quedarse maravillado al contemplar las 'nubes de nácar', un fenómeno que ocurre en la estratosfera (a unos 20 o 30 kilómetros de la tierra) de las latitudes septentrionales cuando esta estratosfera se encuentra a temperaturas muy frías (85 grados bajo cero, mientras que normalmente está a unos -60) y con bastante humedad. En esas condiciones tan concretas se forman unos cristales de hielo que reflejan la luz del sol durante el atardecer, de manera que los rojos y dorados intensos se convierten en olas a ojos del observador.
Munch pintó entre 1893 y 1910 cuatro versiones de su cuadro más famoso, además de una litografía, y probablemente lo hizo justo después de contemplar en una ocasión este acontecimiento. El 22 de enero de 1892 escribió en su diario: «Estaba caminando por el sendero con dos amigos -el sol se estaba poniendo- y sentí un soplo de melancolía. De repente, el cielo se volvió rojo sangre; me detuve y me apoyé en la barandilla mortalmente cansado. Sobre el fiordo azul oscuro y la ciudad pendían unas nubes llameantes como la sangre. Mis amigos siguieron caminando y yo me quedé allí temblando de ansiedad y sentí un grito grande, infinito, a través de la naturaleza».
El trabajo de los meteórologos tira por tierra la anterior teoría sobre el color de las nubes de 'El grito'. Unos investigadores estadounidenses plantearon en 2004 que la erupción del volcán indonesio Krakatoa, que tuvo lugar en 1883, había inspirado al pintor.
La científica de la Universidad de Oslo Helena Muri, una de las autoras del trabajo, reconoce que «algunos psicólogos han sugerido que fue un tormento interior lo que impulsó a Munch a pintar 'El grito'». «Pero», continúa, «nosotros somos investigadores en ciencias naturales y buscamos respuestas en la naturaleza».
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